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martes 6 de de 2025

Besar a Alguien que Consume Gluten: ¿Riesgo Real para Celíacos?

La preocupación sobre el beso puede ser uno de los aspectos más intrigantes para los pacientes con enfermedad celíaca, y es que la posibilidad de que el gluten se transfiera por medio de la saliva ha sido una cuestión no resuelta hasta ahora. En un contexto donde hasta un 40% de pacientes teme que un contacto cercano con alguien que haya ingerido gluten pueda desencadenar síntomas desagradables, surge un estudio para brindar respuestas.

En un reciente ensayo, presentado en la conferencia Digestive Disease Week en California, se han disipado parcialmente estas inquietudes al mostrar que el riesgo de contaminación cruzada mediante un beso es remota. En la investigación liderada por la nutricionista Anne Lee de la Universidad de Columbia, se realizaron pruebas con 10 parejas donde solo uno de los miembros tenía enfermedad celíaca. Luego de que la pareja sin la enfermedad consumiera galletas saladas, se efectuaron besos de 10 segundos con diferentes intervalos y condiciones: algunos esperaron cinco minutos y otros se enjuagaron la boca con agua.

Los resultados fueron alentadores: ni uno solo de los participantes presentó síntomas celíacos en las 12 horas posteriores a los besos intercambiados, y en los análisis, apenas una persona reflejó niveles ínfimos de gluten en la orina. Inclusive, en los casos donde se realizó el enjuague bucal previo, el nivel de gluten en saliva fue menor a 20 partes por millón, considerado seguro internacionalmente para productos etiquetados como “libres de gluten”.

Aunque este estudio es aún limitado en su alcance y el número de participantes, sienta un precedente relevante al sugerir que los celíacos pueden relajarse respecto al riesgo del beso. Como comentó el gastroenterólogo Vincent Ho, el manejo de la dieta y la preparación de alimentos siguen siendo cuestiones más trascendentales para evitar la contaminación.

Para los expertos, sin embargo, cualquier duda residual puede ser disminuida con hábitos sencillos: esperar unas horas después de consumir gluten, cepillar bien los dientes, o el simple gesto de enjuagarse la boca antes de un beso. Estos protocolos, aunque no asegurados con cifras exactas, tienen el potencial de hacer que el contacto romántico siga siendo seguro y satisfactorio para los celíacos.

A pesar de que esta investigación precisa ser ampliada, ofrece tranquilidad a quienes desean vivir su vida romántica sin la sombra constante del gluten. El panorama prometedor indica que, con pasos sencillos e informados, la enfermedad celíaca no tiene por qué interponerse en el disfrute de momentos íntimos.