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miércoles 4 de de 2025

Búhos nocturnos y el declive cognitivo: un nuevo hallazgo

Un nuevo estudio llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Groningen, en los Países Bajos, revela una potencial conexión entre el cronotipo de las personas y el riesgo de declive cognitivo. Este estudio se centró en los llamados “búhos nocturnos”, personas que prefieren quedarse despiertas hasta tarde, y sugiere que aquellos con educación universitaria tienen un mayor riesgo de experimentar un deterioro cognitivo.

La investigación se basó en datos de un amplio conjunto de 23,798 individuos de 40 años o más, recopilados a lo largo de una década. Se evaluaron los hábitos de sueño de estos participantes en relación con los resultados obtenidos en el Test de Fluidez Figural de Ruff (RFFT), una medida reconocida de la capacidad cognitiva. Los resultados indicaron que por cada hora adicional de retraso en sus horas de descanso, las personas con alta educación mostraban una disminución de 0.80 puntos en las habilidades cognitivas por década.

Además, se observó que la calidad del sueño y el hábito de fumar tuvieron una moderada influencia en esta relación, afectando solo un 13.52% y 18.64% de la asociación, respectivamente. El estudio subraya que, aunque se han identificado ciertos vínculos, las causas directas entre el cronotipo nocturno y el declive cognitivo más acelerado no han sido plenamente establecidas debido a variables confusas.

Se consideraron otros hábitos de salud como la actividad física, el consumo de alcohol y el tabaquismo previo, pero estos no explicaron la relación entre ser un “búho nocturno” y el deterioro cognitivo. En subgrupos con niveles educativos bajos o medios, no se observaron efectos significativos.

A pesar de la falta de correlación directa, la investigación estima que el horario laboral de las personas más educadas, que a menudo es más riguroso, puede contribuir al problema por no permitir el descanso adecuado del cerebro. El hecho de que estos individuos partan de un nivel cognitivo más alto podría hacer que cualquier disminución sea más perceptible.

Con las poblaciones envejeciendo y 57 millones de casos de demencia a nivel global, cifra que podría duplicarse para 2050, la investigación sobre los factores que inciden en el declive cognitivo es urgente. Los autores enfatizan la importancia de preservar la salud cognitiva colectiva como una prioridad mundial. Estos hallazgos han sido publicados en el “Journal of Prevention of Alzheimer’s Disease”.