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viernes 20 de de 2024

Chatbots de IA combaten teorías conspirativas

Los métodos convencionales de discusión y debate han sido llevados al ámbito digital gracias a los chatbots de inteligencia artificial, que han demostrado su eficacia en la diminución de las creencias en teorías conspiratorias. Según un estudio reciente, conversar con un chatbot mientras este ofrece refutaciones fácticas dirigidas puede reducir en promedio un 20% la creencia en ciertas teorías de conspiración. Sorprendentemente, estas variaciones en las convicciones perduraron durante al menos dos meses tras la conversación inicial.

La investigación, que involucra a más de 3,000 participantes en línea, utilizó un chatbot denominado DebunkBot para abordar teorías conspirativas específicas. Los individuos debían expresar su creencia en dichas teorías por escrito, y el chatbot respondía con argumentos basados en datos objetivos. Esto mostró que, tras participar en tres rondas de diálogo con el bot, el nivel de creencia en los participantes bajó significativamente.

Estos hallazgos sugieren que los bots pueden ser herramientas útiles para desafiar creencias arraigadas, a pesar de que estas teorías suelen permanecer profundamente impresas en la cosmovisión de una persona. De hecho, un número considerable de participantes experimentó una disminución mayor en su fe en estas teorías después de la interacción con el AI, incluso llegando a cambiar de opinión.

Para asegurar la neutralidad y precisión del chatbot, un fact-checker revisó sus respuestas. Solo el 0.8% de las respuestas podía considerarse potencialmente engañosas, y ninguna mostró errores políticos o de hechos. Sin embargo, el reto persiste en que quienes más necesitan de estas interacciones, los verdaderos creyentes en conspiraciones, son los que menos confianza tienen en la IA.

A pesar de este avance, algunos psicólogos, como Robbie Sutton, sostienen que aunque las creencias puedan flaquear tras tales interacciones, el origen psicológico que motiva a las personas a adherirse a conspiraciones sigue vigente. La analogía de las teorías de conspiración como “comida chatarra” continúa vigente, ya que satisfacen necesidades emocionales y de conocimiento momentáneamente pero no solucionan su raíz. Se plantea que, al momento de aplicar estos hallazgos a la vida cotidiana, la desconfianza inherente hacia la inteligencia artificial puede ser un obstáculo importante a sortear.

Como conclusión, la alianza entre la inteligencia artificial y el debate racional sugiere una prometedora evolución en la lucha contra las teorías de conspiración. Sin embargo, la clave podría radicar en siempre procurar un uso responsable de la IA, evitando sus posibles aplicaciones para difundir desinformación.