La ciencia ha revolucionado la forma en que entendemos la vida de nuestros amigos caninos. Gracias a diversos estudios sobre bienestar animal, hoy contamos con estrategias concretas para mantener felices y sanos a nuestros peludos compañeros.
Primero, es crucial ofrecerles la oportunidad de olfatear libremente durante sus paseos. Este simple gesto es comparado con un humano disfrutando de una puesta de sol desde la cima de una montaña. Los paseos no solo son actividad física, sino también una experiencia sensorial que llena de significado su entorno.
En segundo lugar, la noción de agencia ha ganado popularidad en el cuidado animal. Al igual que los humanos anhelaban libertad durante los confinamientos por COVID-19, los perros también necesitan opciones y cierto control sobre sus vidas para su bienestar mental. Desde permitirles decidir qué camino seguir en el parque hasta la instalación de una puertecita para que transiten libremente, pequeñas decisiones hacen una gran diferencia.
Cada perro es un individuo con sus propias preferencias y personalidades, similar a los humanos. No todos disfrutarán del parque, algunos prefieren masticar un juguete en el jardín. Respetar sus elecciones personales es elemental para garantizar su bienestar.
Además, se debe respetar su derecho a “desconectar”. Crear espacios tranquilos en el hogar para retirarse es vital, especialmente durante situaciones potencialmente estresantes como el ruido excesivo o la presencia de visitantes.
Por último, proporcionarles actividades sin correa en áreas seguras fomenta el ejercicio físico saludable y les permite explorar el mundo con una mayor libertad. Curiosamente, un estudio reciente mapeó áreas en Melbourne indicando una variedad en la accesibilidad y costos de registros de perros, observándose diferencias significativas.
Descuidar estas prácticas no solo perjudica a nuestros amigos de cuatro patas, sino que también limita nuestra capacidad de vivir en armonía con ellos. Estos consejos respaldados por la ciencia nos invitan a reimaginar nuestras relaciones cotidianas con los perros, promoviendo un entorno más comprensivo y feliz para ambos. Recordemos que, así como ellos nos brindan amor y seguridad, es nuestro deber devolverles el favor promoviendo su felicidad y bienestar.