El destino de la famosa expedición hacia el Pasaje del Noroeste liderada por Sir John Franklin ha revelado un nuevo capítulo con la identificación del capitán James Fitzjames, quien fue confirmado como víctima de canibalismo en este trágico viaje. Fitzjames, quien comandaba el HMS Erebus en la expedición de 1845, fue por fin identificado mediante un análisis de ADN de un diente adherido a una mandíbula encontrada entre un cúmulo de alrededor de 400 restos humanos.
El ADN extraído de este molar fue comparado con muestras de 25 descendientes vivos de la tripulación original y encontró una coincidencia con un pariente de Fitzjames, concretamente un primo segundo cinco veces removido. Este hallazgo, detallado en un estudio conducido por el arqueólogo Douglas Stenton de la Universidad de Waterloo, deja claro que Fitzjames no solo pereció junto a sus compañeros, sino que también fue consumido por algunos de ellos.
Las crudas marcas de corte descubiertas en los restos previamente analizados por la bioarqueóloga Anne Keenleyside apuntan a un intento de los sobrevivientes de evitar el hambre dentro de las adversas condiciones que enfrentaron al quedar atrapados en el hielo de King William Island. Las evidencias del canibalismo coinciden con los relatos orales de los inuit, quienes habían desenterrado restos similares y observado a los hombres de la expedición arrastrar pesadas cargas en un desesperado intento por sobrevivir.
Fitzjames no es el primer miembro del desafortunado viaje en ser identificado. En 2021, se lograron identificar los restos de John Gregory, ingeniero jefe del HMS Erebus. Sin embargo, Fitzjames se convierte en el primer reconocido como víctima de canibalismo documentado, un hito que ahonda las teorías sobre las horrendas condiciones finales que enfrentó la tripulación mientras intentaban llegar al río Back en Nunavut.
Este descubrimiento, publicado en septiembre, no solo arroja luz sobre las duras realidades de las exploraciones del Ártico en el siglo XIX, sino que también contribuye a la verificación de las informaciones transmitidas de generación en generación por los pueblos indígenas, quienes facilitaron las búsquedas posteriores de los restos de la expedición.