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viernes 11 de de 2024

Desvelado el variado menú de los leones de Tsavo a través del ADN

Un análisis de ADN ha iluminado el intrigante menú de dos leones famosos por sus hábitos antropófagos a finales del siglo XIX en Kenia. Estos felinos, conocidos como los “leones devoradores de hombres” de Tsavo, no solo cazaban humanos, sino también disfrutaban de una variedad de presas. Tras examinar cuidadosamente el ADN de pelos incrustados en las cavidades de sus dientes rotos, los investigadores han descubierto, entre otros, restos de oryx, cebras, jiráfanos e incluso ñus, una sorpresa dada su aparente ausencia en la región durante ese periodo.

El estudio, publicado el 11 de octubre en “Current Biology”, muestra la capacidad de estos leones para adaptarse a diferentes presas, un descubrimiento que no solo proporciona datos sobre su dieta sino también sobre sus desplazamientos por la sabana africana. A pesar de los daños dentales significativos que presentaban ambos leones, lograron mantener una dieta diversa, lo que evidencia su éxito como cazadores.

Los datos extrapolados de la comparación del ADN mitocondrial de diversos animales africanos subrayan la potencialidad que estas técnicas podrían tener para reconstruir las dietas de depredadores de épocas pasadas. Este método, según los investigadores, podría ofrecer claves sobre los cambios en las dietas de los depredadores a lo largo de su vida, quizás influenciadas por conflictos con humanos.

Un hallazgo curioso estuvo en las capas de cabello identificadas dentro de las cavidades dentales de los leones. Estas capas, semejantes a niveles de sedimento, podrían aportar conocimiento sobre las etapas temporales de la dieta del león: desde sus primeras presas hasta las últimas.

Este trabajo abre nuevas vías para estudiar la dieta de depredadores antiguos a través de relictos biológicos conservados en museos. Alida de Flamingh, uno de los autores del estudio, destacó la posibilidad de aplicar estas técnicas a contextos más amplios, desbloqueando misterios del pasado atrapados en especímenes históricos. Tyler James Murchie, que no participó en el estudio, se mostró impresionado por la longevidad de los fragmentos de ADN en las bocas de los leones, concluyendo que estas criaturas eran cazadores realmente exitosos a pesar de sus limitaciones físicas.