El cambio climático está extendiendo su sombra más allá de lo evidente y afectando, silenciosamente, la salud ocular. Así lo demuestra Alka Kamble, una trabajadora agrícola de Maharashtra, India, quien sufrió visión borrosa, atribuida a cataratas causadas por la prolongada exposición a la radiación solar y aumento de las temperaturas. Como ella, muchos trabajadores rurales han enfrentado condiciones cada vez más difíciles debido a las olas de calor en aumento.

Investigaciones recientes revelan a nivel global una preocupante correlación entre el cambio climático y el incremento de cataratas y otros trastornos oculares. Los profesionales de la salud alertan sobre el aumento de enfermedades como la queratitis y la conjuntivitis, también impulsadas por agentes externos como el aumento de polen y alérgenos en el aire, potenciado por el calentamiento global.

Un estudio de largo plazo en España demostró que por cada grado de aumento en la temperatura promedio, se registraron más de 370 casos adicionales de cataratas por cada 100,000 habitantes. Mientras tanto, en regiones agrícolas, el número de jóvenes afectados por estas condiciones ha resultado alarmante, apareciendo incluso antes de alcanzar los 50 años.

La exposición prolongada al sol y la radiación UV, exacerbada por comportamientos humanos y fenómenos climáticos, resulta culpable en gran medida. Las regiones como California y la Costa del Sol experimentan vientos cálidos y secos que reducen la humedad del aire, aumentando la exposición a la radiación ultravioleta, la cual puede dañar directamente el ADN de las células oculares, advierten especialistas.

Además, el calentamiento global trae consigo sequías que aumentan la inseguridad alimentaria, afectando el acceso a nutrientes esenciales para la salud ocular. En tales condiciones, la falta de agua potable segura incrementa el riesgo de infecciones oculares.

Para enfrentar estos desafíos, se subraya la importancia de medidas preventivas como el uso de sombreros y gafas de sol que filtren los rayos UV. Enfoques como lentes de contacto que permiten mayor permeabilidad al oxígeno y una dieta rica en vitaminas antioxidantes son paliativos recomendados.

En India, programas gubernamentales han respondido cubriendo el costo de cirugías de cataratas para los afectados, brindando un rayo de esperanza a personas como Kamble. Sin embargo, la adaptación a un clima en rápida transformación sigue siendo un desafío monumental. A medida que el clima se calienta, continúa siendo crucial intensificar esfuerzos de protección y concienciación para mitigar estos efectos de manera global. La lucha por la salud ocular en un entorno cambiante refleja nuestra batalla constante frente al cambio climático, un desafío que nos afecta a todos, sin excepción.