El auge y caída de 23andMe ha sido un viaje lleno de giros inesperados. Desde ser una de las principales innovadoras en pruebas genéticas directas al consumidor hasta enfrentarse a una posible quiebra, 23andMe ha navegado un camino complicado. Fundada en 2006, la empresa revolucionó el mercado con su test de saliva, transformándolo en un fenómeno global. Premiada como la invención del año por Time en 2008, la compañía atrajo a miles de clientes interesados en explorar su genética, desde conocer su salud hasta características curiosas como los hoyuelos en las mejillas.
En su apogeo, y después de convertirse en una empresa pública en 2021, 23andMe alcanzó a más de 14 millones de clientes. Sin embargo, la burbuja estalló. En 2023, la empresa enfrentó una violación masiva de datos, que afectó a siete millones de usuarios, desembocando en una demanda colectiva que costó US30,00 € millones y la caída de su valor de mercado en un asombroso 97%. Los desafíos continuaron, culminando con la renuncia de sus siete directores independientes y alertas sobre una posible venta o transferencia de sus vastos almacenes de datos genéticos.
La empresa siempre ha prometido la privacidad de sus clientes, asegurando que el ADN nunca será compartido sin consentimiento. Sin embargo, los recientes desafíos financieros reavivan preocupaciones sobre qué podría suceder si la empresa llega a declarar la bancarrota. Miles de usuarios se enfrentan a la incertidumbre sobre el destino de su información personal, valiosa en términos médicos y científicos, pero también logísticamente compleja de proteger en caso de una venta o transferencia inesperada.
En este contexto, se alienta a los usuarios a tomar medidas proactivas para proteger sus datos genéticos. Entre las opciones, eliminar cuentas y rescindir participaciones en investigaciones futuras son recomendadas; aunque, una vez desidentificados, los datos utilizados en estudios no pueden recuperarse.
La historia de 23andMe es un recordatorio impactante del poder y las complicaciones de la biotecnología moderna. La emoción inicial del descubrimiento personal debe equilibrarse con una comprensión clara de los riesgos asociados. Las modernas directrices de organizaciones científicas pueden ofrecer orientación, pero la responsabilidad final de estar informado recae en el consumidor.
A medida que avanza la saga empresarial de 23andMe, queda claro que su legado no solo cambiará la ciencia, sino que también redefinirá nuestras percepciones del riesgo y la recompensa en la era digital.