En un interesante giro a la percepción común, un estudio reciente revela que el software científico de código abierto podría tener una vida útil más larga que aquella asociada a proyectos no científicos. Liderado por investigadores de varias prestigiosas instituciones, el trabajo emplea modelos de lenguaje avanzados para estudiar y clasificar más de 18,000 proyectos de software científico, arrojando luz sobre sus patrones de longevidad.
Los científicos han señalado que el software de infraestructura científica muestra una resiliencia notable en comparación con el software específico de dominios científicos, lo que sugiere que estas herramientas fundamentales son mantenidas durante más tiempo gracias a su rol crucial en varios campos de investigación. Así, el análisis de Kaplan-Meier exhibe que, mientras que el software específico de publicaciones tiende a quedar obsoleto rápidamente, aquellas herramientas que constituyen infraestructura científica logran perdurar. Este fenómeno se evidenció no solo en proyectos relacionados con matemáticas y astronomía donde la vida útil es más extensa, sino en campos como la medicina y la neurociencia, destacándose por presentar probabilidades de supervivencia superiores.
La investigación también identificó otros factores que contribuyen a la longevidad del software. Aquellos proyectos con mayores implicaciones en publicaciones científicas y finanzas externas han demostrado extender su continuidad, posiblemente debido al interés que suscitan entre nuevos colaboradores o posibles fuentes de financiamiento. Del mismo modo, el análisis revela que una mayor participación gubernamental mejora la sostenibilidad de estos proyectos, mientras que la participación académica, sin importar el valor intrínseco, curiosamente asocia con un riesgo ligeramente aumentado de abandono.
Contrario a la intuición generalizada, el estudio destaca que proyectos científicos de código abierto comparados con un grupo de control de proyectos no científicos, manifiestan una mayor longevidad. Este hallazgo sugiere que, aunque las preocupaciones acerca del abandono del software científico son válidas en ciertos casos, estas pueden estar sobredimensionadas de manera más amplia.
Como conclusión, el estudio no solo redefine entendimientos previos sobre la longevidad y el abandono del software científico, sino que invita a reevaluar cómo estos proyectos están intrínsecamente apoyados por estructuras de soporte variadas que benefician su persistencia. En un panorama donde la ciencia abierta es cada vez más crucial, los hallazgos alientan a abrazar prácticas orientadas a facilitar el desarrollo sostenible de software científico, aportando insights de utilidad para planificadores, financiadores y desarrolladores tecnológicos.