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miércoles 30 de de 2025

El susurro ancestral de Pando: la voz del gigante de Utah

En el corazón de Utah, un organismo está unido por un sistema radicular extensivo, conocido como Pando, que abarca 40 hectáreas con 47,000 tallos de álamo temblón formando un solo ser vivo. Este gigante natural, que se estima pesa 6,000 toneladas métricas, es un verdadero testimonio de vida y resistencia. Recientemente, las ondas sonoras viajeron por su sistema de raíces, permitiendo una asombrosa nueva manera de “escuchar” a Pando.

La aventura sonora comenzó en 2023 bajo el liderazgo de Lance Oditt y el colectivo “Friends of Pando” cuando lanzaron esta curiosa expedición acústica. En colaboración con el artista sonoro Jeff Rice, se usaron hidrófonos para captar las vibraciones de Pando aprovechando las tormentas eléctricas que azotaban la región. Estas grabaciones revelaron una sinfonía peculiar, que pudo haber sido producida por millones de hojas movidas por el viento emigrando en una cadencia extraña.

Los instrumentos utilizados no solo captaron sonidos a través del aire, sino que demostraron ser eficientes incluso a través del algodón del suelo. Incluso un golpe a 90 pies de distancia resonó a través del sistema de raíces. Esto sugiere que dicho sistema está estrechamente interconectado, sirviendo como un asentado complejo hidráulico natural.

El equipo de “Friends of Pando” sigue explorando las posibilidades de esta interacción audiótica. Oditt y Rice esperan que análisis adicionales puedan ofrecer respuestas sobre el movimiento del agua, vinculaciones entre las ramas y el comportamiento de insectos. Estos estudios contribuirán de forma significativa a nuevos descubrimientos sobre el ecosistema de Pando.

Sin embargo, Pando está en peligro. La intervención humana, ya sea directa o indirecta, amenaza su existencia, erosionando el entorno que ha sostenido a innumerables formas de vida a lo largo de miles de años. El tiempo corre en contra de Pando y sus secretos, haciendo de este momento sonoro algo mucho más valioso.

Al absorber todos estos descubrimientos, queda claro que la “Osada Temblorera” aún tiene mucho que enseñarnos. La comunidad científica ya se moviliza para preservar no solo a Pando, sino también el legado de biodiversidad y conocimientos transmitidos a través de sus raíces colosales. Sin duda, la interacción entre la naturaleza y el ser humano es una danza delicada de resonancias sorprendentes y vulnerabilidad eterna.