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viernes 11 de de 2024

Factores detrás de la resistencia a evacuaciones durante huracanes

Cuando el huracán Milton azotó las costas de Florida, especialmente cerca de Sarasota, miles de personas buscaron refugio en los albergues de evacuación, mientras que otras se resistieron a abandonar sus hogares a pesar de las severas advertencias. En Hillsborough County, Tampa, se efectuaron más de 500 rescates, incluyendo personas mayores de una comunidad de vida asistida y familias atrapadas después de que un árbol penetrara su techo en pleno vendaval.

Esta situación emergente dejó sin electricidad las señales de tráfico, derribó líneas eléctricas y árboles, y afectó el suministro de agua debido al colapso de una planta de saneamiento en la ciudad de Plant City. Allí, los rescatistas salvaron a al menos 35 personas antes del amanecer.

La decisión de evacuar es más complicada de lo que parece. Las razones van desde las limitaciones económicas –como la falta de transporte, dinero, y lugares donde quedarse–, hasta las dificultades físicas para aquellos en centros de cuidado o personas con discapacidades. La logística es particularmente ardua y en ocasiones los sistemas públicos no pueden dar abasto con el traslado masivo.

Durante el huracán Katrina, muchos residentes no pudieron evacuar debido a la falta de vehículos. Una situación similar se observa hoy, con las vías congestionadas y el temor a quedar varados. Esta preocupación se suma a la complejidad de evacuar animales de compañía, ya que muchos refugios no permiten su ingreso.

La percepción del riesgo también juega un rol determinante. Personas que han experimentado tormentas previas sin daños importantes tienden a subestimar el potencial destructivo de eventos actuales. Especialmente, las mujeres y minorías suelen enfrentarse a la amenaza con más seriedad, un comportamiento que, según estudios, las inclina más hacia la evacuación.

El huracán Milton, aunque no alcanzó una severidad extrema como se temía, dejó a su paso la devastación: inundaciones, caída de árboles y 12 vidas perdidas. Alrededor de 3 millones de hogares quedaron sin electricidad, y muchos demorarán en regresar a la normalidad.

Para el futuro de las evacuaciones, es crucial mejorar la infraestructura y accesibilidad de los refugios, desarrollando soluciones para la movilidad de personas con necesidades especiales y permitiendo animales de compañía. También se destaca la importancia de la comunicación efectiva sobre los riesgos y la preparación anticipada de comunidades diversas y en riesgo.

Concluyendo, la preparación y planificación eficiente podrían ser la clave para elevar la tasa de evacuaciones exitosas, evitando pérdidas humanas y mejorando la resiliencia comunitaria ante desastres naturales como el huracán.