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viernes 11 de de 2024

G7 Avanza en la Lucha Contra un Futuro Desgarrado por el Alzheimer

El aumento de la expectativa de vida a nivel mundial ha traído consigo un incremento significativo en el número de personas afectadas por el Alzheimer y otras formas de demencia. Se estima que para el año 2050, 139 millones de adultos en todo el mundo sufrirán de estas condiciones. Este predicamento destaca la urgencia de una acción coordinada entre gobiernos, sistemas de salud y la sociedad en general para enfrentar esta crisis.

En el encuentro de ministros de salud del G7 de 2023 en Nagasaki, se reafirmó el compromiso de promover la investigación y el desarrollo para mejorar los resultados en salud a través de la prevención, reducción de riesgo, detección temprana, diagnóstico y tratamiento de la demencia, incluyendo terapias potencialmente modificadoras de la enfermedad. A pesar de las promesas, los sistemas de salud globales aún no están preparados para las innovaciones en diagnóstico y tratamiento, poniendo en riesgo el acceso de pacientes europeos a estas nuevas herramientas y desalentando la investigación médica.

El Alzheimer continúa siendo una afección devastadora que acaba con la memoria, la independencia y, en última instancia, la vida de los individuos. La enfermedad impacta directamente a 416 millones de personas a nivel mundial, mientras que en Europa, 7 millones de personas viven con la enfermedad, número que podría duplicarse para el 2030. Las implicaciones económicas también son alarmantes: se calculan en unos 2.8 billones de dólares por año, cifra que podría elevarse a 4.7 billones para el 2030.

El pasado Summit G8 sobre demencia en Londres en 2013 instó a la comunidad investigadora a desarrollar una terapia modificadora de la enfermedad para el 2025. Actualmente, existen múltiples terapias en fase de investigación que han demostrado beneficios significativos. Los síntomas del Alzheimer pueden comenzar a aparecer dos décadas antes de que se manifiesten, y la detección temprana es fundamental para un tratamiento eficaz. Asimismo, pruebas avanzadas, como los tests de biomarcadores en sangre, podrían cambiar la manera en que se diagnostica esta enfermedad de forma rápida y precisa.

Hoy en día, tenemos las herramientas para responder al Alzheimer en función de los perfiles genéticos de los pacientes, pero sólo si la enfermedad se detecta lo suficientemente temprano. Al igual que con el cáncer, la detección temprana y la medicina personalizada son estrategias ganadoras en la gestión del Alzheimer. La ciencia ha avanzado significativamente en la última década y los pacientes, así como las sociedades alrededor del mundo, esperan tener acceso a las opciones de diagnóstico y tratamiento actualmente disponibles.

En conjunto, las nuevas estrategias de investigación y desarrollo, combinadas con un acceso más amplio y justo a los tratamientos, podrían cambiar el discurso alrededor del Alzheimer, abriendo un camino hacia una nueva era de respaldo, comprensión y esperanza.

A medida que avanzamos, es crucial que estas promesas no queden en papel mojado y se transformen en acciones concretas; solo así podremos aspirar a una realidad donde el Alzheimer ya no sea una sentencia fatal sino una condición gestionable, con calidad de vida para quienes la padecen y sus familias.