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miércoles 30 de de 2025

Impacto potencial de un gran terremoto en el noroeste del Pacífico

En un reciente estudio publicado el 28 de abril en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA, científicos han examinado los riesgos de inundación en el noroeste del Pacífico, centrándose en la zona de subducción de Cascadia, conocida por su potencial sísmico. Este análisis alerta sobre la posible combinación de dos fenómenos: el aumento del nivel del mar provocado por el cambio climático y un posible terremoto de gran magnitud en la región.

El aumento del nivel del mar a lo largo de las costas del norte de California, Oregón y Washington se estima entre 1.3 y 2.9 pies para el año 2100, en gran medida por el calentamiento global. En el peor de los casos, un seísmo de magnitud 8 o superior podría provocar que la costa se hunda hasta 6.5 pies. Estos procesos combinados podrían exponerse a nuevas áreas a inundaciones masivas.

El estudio, liderado por la geóloga costera Tina Dura de Virginia Tech, considera un escenario hipotético en el que el hundimiento por seísmo es de más de seis pies. Bajo estas condiciones actuales, la planicie de inundación centenaria se podría expandir unos 115 millas cuadradas. Si ocurriese para el año 2100, el área potencialmente inundable podría crecer a 145 millas cuadradas, un aumento significativo en comparación con la situación actual.

Es esencialmente claro que un terremoto de magnitud 8 en la zona provocaría un tsunami devastador, que sería la preocupación inmediata tras el evento. No obstante, el hundimiento costero resultante también merecería atención posterior, especialmente en áreas susceptibles como Seaside y Gearhart en Oregón, y Grays Harbor County en Washington.

La comprensión de los efectos del hundimiento del suelo es primordial para los planificadores municipales que buscarán evitar desarrollar infraestructuras críticas en las áreas potencialmente inundables. La planificación adecuada podría mitigar el impacto humano y estructural futuro, siendo un paso importante en la preparación ante desastres.

El estudio arroja luz sobre la importancia de considerar ambos fenómenos simultáneamente y exige una preparación meticulosa de las comunidades costeras para enfrentar los desafíos presentes en un evento tan catastrófico, destacando la vulnerabilidad futura de la región ante cambios geofísicos y del clima.