La comunidad científica se enfrenta a un desafío monumental: integrar la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático (ML) con la computación de alto rendimiento (HPC) de manera eficiente y escalable. En este contexto, se presentó una iniciativa en el IEEE sinergizando estas tecnologías para futuras aplicaciones científicas a gran escala.
Investigadores de varios laboratorios, incluyendo el RIKEN Center for Computational Science y el Argonne National Laboratory, han propuesto un marco integral que busca revolucionar el ecosistema actual de software para HPC. Este nuevo marco responde a la creciente necesidad de una infraestructura sostenible que pueda evolucionar con el hardware emergente, evitando la frecuente reconstrucción desde cero que padece el sector debido a la rápida obsolescencia tecnológica.
La idea central es crear un entorno robusto donde HPC e IA/ML no solo coexistan, sino que se retroalimenten mutuamente, optimizando el uso de plataformas en escalas exa-flop, una frontera crítica en la computación científica avanzada inaugurada por el Departamento de Energía de EE.UU. con el proyecto Exascale Computing Project.
El avance de infraestructura tecnológica actual, si bien ha permitido logros destacados en IA, también ha fomentado un desarrollo aislado de ecosistemas de software. Estos sistemas cerrados presentan un obstáculo para la interoperabilidad plena con las soluciones HPC, lo que inhibe la optimización del rendimiento y aumenta la redundancia en los desarrollos de investigación.
La propuesta de marco también enfatiza en la necesidad de herramientas de transformación de datos eficientes, para facilitar la conversión entre estructuras compatibles con HPC y aquellas orientadas a IA/ML. Esto se complementa con un enfoque en el almacenamiento de datos, gestión de memoria y optimización del flujo de trabajo para reducir los cuellos de botella en la ejecución de algoritmos complejos.
En respuesta a estas necesidades, se busca un lenguaje semántico mutuamente acordado entre desarrolladores y científicos, lo que facilitaría la implementación de algoritmos numéricos sin la complejidad de gestionar estructuras de datos dispares. Igualmente, se analiza la posibilidad de utilizar modelos de costos para guiar decisiones óptimas en la ejecución de flujos de trabajo.
El objetivo a largo plazo es permitir un entorno composable, donde los investigadores puedan integrar nuevos enfoques científicos y códigos preexistentes sin perder eficiencia. Para el éxito de esta empresa, se plantea un diseño colaborativo y en constante evolución, incentivando la participación activa de las comunidades científicas.
Así, la ciencia formula un llamado a la concertación de esfuerzos hacia un marco unificador que, como el kernel de Linux para sistemas operativos y PyTorch para la IA, presente una revolución en el uso de recursos de hardware futuros. Consolidar estos avances es crucial para no quedar rezagados en esta vertiginosa transición tecnológica portada en gran medida por el potencial de la IA.