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lunes 19 de de 2025

Joe Biden enfrenta batalla contra cáncer de próstata altamente agresivo

El diagnóstico de cáncer de próstata del ex-presidente Joe Biden ha captado la atención mundial no solo debido a su peso político, sino por las complejidades de su condición médica. Según un comunicado de su oficina, Biden, de 82 años, enfrenta una forma agresiva de esta enfermedad, que ya ha llevado a metástasis en los huesos, un factor que incrementa significativamente la gravedad de su situación.

El grado de severidad del cáncer de Biden está respaldado por un puntaje de Gleason de 9 sobre 10. Este puntaje indica que sus células prostáticas tienen una apariencia altamente anormal, típica de un cáncer de alto riesgo que se propaga rápidamente. Marc B. Garnick, un oncólogo de Harvard, confirma que este es uno de los patrones más agresivos de la enfermedad.

Sin embargo, pese a la seriedad de su condición, los avances en el tratamiento ofrecen un rayo de esperanza. Biden ha iniciado una terapia doble, que se enfoca en reducir la producción y actividad de la testosterona, hormona clave en el crecimiento del cáncer de próstata. Esta terapia combina drogas como leuprolide, para detener la producción de testosterona, y otras como apalutamide que bloquean los receptores de andrógenos en las células cancerosas.

La posibilidad de evitar la quimioterapia es alta, siempre y cuando su respuesta a la terapia hormonal sea positiva. Según Peter Nelson, del Fred Hutchinson Cancer Center, Biden tiene más del 90% de posibilidades de responder favorablemente al tratamiento actual, lo que le permitiría vivir varios años más pese a no ser una cura definitiva. Además, las pruebas genéticas podrían determinar si hay mutaciones que permitan el uso de tratamientos especializados, como los inhibidores de PARP.

Más allá del caso de Biden, el cáncer de próstata sigue siendo una de las formas más comunes de cáncer en hombres mayores, con estimaciones de más de 300,000 nuevos casos este año en Estados Unidos. La necesidad de continuar invirtiendo en investigación es imperativa, especialmente en un contexto donde se han hecho preocupantes recortes en el presupuesto para la investigación del cáncer bajo la administración de Trump.