Un equipo internacional de astrónomos ha aprovechado el poder del James Webb Space Telescope (JWST) para observar el exoplaneta WD 1856+534 b, orbitando una estrella a 81 años luz de la Tierra. Este exoplaneta, cuya masa es seis veces la de Júpiter, ha sido confirmado como el más frío detectado hasta la fecha gracias a las observaciones del Mid-Infrared Instrument (MIRI) del JWST.
Liderados por la científica Mary Anne Limbach del Departamento de Astronomía de la Universidad de Michigan, el grupo de investigadores incluye instituciones prestigiosas como el Centro Kavli de MIT y el Observatorio Gemini entre otros. A través del programa de Observación General (GO) del JWST, los astrónomos usaron los avanzados instrumentos infrarrojos de Webb para caracterizar este planeta directamente, haciendo uso del Método de Imagen Directa. Esta técnica involucra bloquear la luz de la estrella anfitriona para aislar la luz reflejada por los planetas, permitiendo el estudio de sus composiciones atmosféricas.
El análisis, basado en datos de MIRI, estableció que WD 1856+534 b tiene una temperatura de 186 K, lo que equivale aproximadamente a -87 °C. Esta revelación contradice estimaciones anteriores que sugerían una masa máxima de 13,8 veces la de Júpiter. Además, se confirma que este es el primer caso de un planeta que sobrevive a la cercana proximidad a la zona habitable de una estrella enana blanca, poniendo en perspectiva cómo los planetas pueden sobrevivir a la evolución post-secuencia principal de sus estrellas.
El equipo también espera que los futuros seguimientos con el JWST, planeados para 2025, revelen más sobre el exoplaneta, incluyendo la posible presencia de otros planetas y la historia migratoria de WD 1856+534 b. Estos datos podrían confirmar si la gravedad de otros cuerpos fue la responsable de su ubicación actual.
Las observaciones anticipadas del espectrómetro de Webb (NIRSpec) también prometen proporcionar una inicial caracterización de la atmósfera de WD 1856 b, resultando crucial para entender mejor la dinámica y estabilidad de los sistemas planetarios alrededor de estrellas enanas blancas.
Este estudio refuerza la esperanza de los astrónomos y astrobiólogos en que telescopios de próxima generación como el JWST puedan proporcionar pruebas concluyentes de vida más allá del Sistema Solar, ampliando nuestra comprensión de cómo planetas similares a la Tierra podrían existir en condiciones extremas.