La vida moderna nos mantiene mucho tiempo sentados, y esta tendencia tiene efectos nocivos para la salud que no deben ser subestimados. Según el investigador Neville Owen, muchos adultos pasan más de la mitad del tiempo despiertos en una silla, alcanzando hasta 11.5 horas en un solo día.
Estudios recientes han establecido un vínculo entre el tiempo sedentario excesivo y problemas de salud como la enfermedad cardíaca y la diabetes tipo 2. El problema se agrava cuando el tiempo sentado es continuo. Investigaciones han demostrado que interrumpir estos largos periodos sentándose cada hora puede mitigar el riesgo de enfermedades, e incluso, aumentar la actividad física vigorosa cuando no se está sentado puede tener un efecto positivo.
Un estudio de 2024 en Taiwán, que incluyó a casi medio millón de personas, destaca un 16% más de riesgo de muerte por cualquier causa y un 34% más de riesgo de enfermedad cardiovascular en personas que están predominantemente sentadas por su trabajo. Un análisis de 2022 de JAMA Oncology con 1,535 sobrevivientes de cáncer mostró un mayor riesgo de muerte general en aquellos que pasan más de ocho horas diarias sentados sin actividad física alguna.
El sedentarismo no es solo permanecer sin moverse, sino es un reflejo de cómo nuestros cuerpos manejan el flujo sanguíneo, el metabolismo de la glucosa y la inflamación. La actividad física recomendada, de 150 a 300 minutos semanales, puede no ser suficiente si se pasa mucho tiempo sentado, según el epidemiólogo Ulf Ekelund.
Aunque algunas instituciones como la Organización Mundial de la Salud han comenzado a incluir recomendaciones para reducir el tiempo sentado, el verdadero problema no es simplemente estar de pie. Permanecer mucho tiempo de pie puede provocar complicaciones como varices. Así lo señala Owen, enfatizando que el secreto es el movimiento constante.
La introducción de escritorios de pie puede ayudar a reducir el tiempo sedentario en ciertos contextos laborales, aunque el beneficio para la salud permanece aún en debate.
La solución óptima es integrar más movimiento durante el día, por ejemplo, levantarse durante un minuto cada media hora, o tomarse varios minutos para caminar cada hora. Esto enfatiza la naturaleza activa y biológica del acto aparentemente simple de levantarse.
Concluyendo, mientras avanzamos en esta era dominada por el sedentarismo, reconocer y modificar nuestros patrones de actividad diaria es fundamental para mejorar la salud y nuestro bienestar general.