Los astrónomos han estado lidiando con un persistente rompecabezas: cómo la expansión del universo, medida a través del constante de Hubble, no concuerda entre sí. Este “tensión de Hubble” refleja un desacuerdo entre las mediciones del universo cercano mediante supernovas tipo Ia y los cálculos basados en el fondo de microondas (CMB). Según estas mediciones, el constante de Hubble se estima en 73 km/s/Mpc, valor mucho más alto que el estimado por el modelo estándar que predice un valor de 67.5 km/s/Mpc. La discrepancia persiste incluso con nuevos datos del sofisticado Telescopio Espacial James Webb.
El desconcierto radica en si este “tensión” es una señal de algo más fundamental. Una hipótesis sugerida por Marc Kamionkowski y sus colegas es la de “energía oscura temprana”, una forma de energía que pudo haber causado que el universo se expandiera más rápidamente en sus primeros instantes. Provocando una menor “horizonte de sonido”, nivel que sirve como base del cálculo estándar de la constante de Hubble. Experimentos recientes, como los realizados con el Telescopio del Polo Sur, han ofrecido resultados variados sobre esta teoría.
La historia del continuo debate sobre el constante de Hubble se remonta a principios del siglo XX, con Edwin Hubble haciendo las primeras observaciones que indicaban que el universo estaba en expansión. En el tiempo, ajustes como el descubrimiento del efecto de la energía oscura en 1998 por Adam G. Riess, uno de los descubridores, han ofrecido explicaciones, pero las incertidumbres persisten.
Numerosos estudios intentan ajustar las técnicas de medición para resolver esta “tensión”. Se han refinado las observaciones a través de supernovas tipo Ia, calibradas por estrellas variables Cefeidas. Incluso la nueva tecnología del observatorio Gaia de la Agencia Espacial Europea fue crucial para estas mejoras.
No obstante, algunos en la comunidad científica como Riess y Kamionkowski piensan que deberían explorarse nuevas hipótesis sobre el universo primitivo, tales como ajustes en las partículas subatómicas o los campos magnéticos, buscando movimientos predecibles en patrones galácticos que podrían reconciliar los datos.
La solución a este misterio abriría nuevas puertas al entendimiento cosmológico. El camino por delante implica seguir refinando los métodos de medición y sostener a la comunidad en la exploración de nuevas teorías, esperando que se destrabe la respuesta que una discrepancia tantas veces señalada pueda albergar.