Un nuevo estudio sobre Vesta, el segundo objeto más grande en el cinturón de asteroides, ha generado dudas sobre su naturaleza como protoplaneta. Tradicionalmente, se creía que Vesta tenía una estructura interior con un núcleo, un manto y una corteza bien definidos, similar a la de los planetas rocosos. Sin embargo, nuevas observaciones de la misión Dawn de la NASA, publicadas en un artículo por Ryan Park y otros investigadores, sugieren que este asteroide podría ser más uniforme de lo que se pensaba.
Los científicos han usado las mediciones del momento de inercia y la distribución masiva desde el núcleo a la superficie para determinar que, a diferencia de su reputación previa, Vesta no muestra signos claros de diferenciación completa. De hecho, las nuevas mediciones indican que la densidad de su manto es mayor de lo anticipado y prácticamente indistinguible de un muy pequeño núcleo o, posiblemente, sin núcleo. Esto resulta sorprendente, considerando que investigaciones anteriores indicaban un núcleo de hierro suficientemente grande como para haber mantenido un dínamo magnético.
Esta falta de diferenciación se refleja en la distribución de materiales como el basalto que cubren su superficie, un dato sólido en comparación con otros asteroides que generalmente presentan superficies mucho más desiguales. Este fenómeno sugiere un proceso de diferenciación interrupto que no llegó a completarse. Alternativamente, podría significar que Vesta es un fragmento de un planeta en crecimiento que se rompió durante la formación del Sistema Solar.
Mientras que algunos meteoritos, conocidos como HED, parecen originarse de Vesta, no muestran evidencias de haber pasado por una diferenciación incompleta. Este hecho complica el análisis y genera nuevas hipótesis sobre el origen de Vesta y su rol en el nacimiento planetario.
Finalmente, tras años de estudios y mejoras en la calibración de datos recogidos por el equipo de Dawn, los hallazgos aún están abiertos a interpretación. Lo que está claro es que Vesta, una vez considerada como un asteroide que casi fue un planeta, podría tener una historia mucho más compleja de lo que la ciencia había anticipado. Es un recordatorio de que en el universo, las certezas de hoy pueden transformarse en las incógnitas de mañana.