La historia de Kiden Josephine Francis Laja, una trabajadora de salud comunitaria en Sudán del Sur, personifica la ardua labor en pro del bienestar comunitario. Desde su pequeña aldea, Pure, Laja recorre varias millas en bicicleta, portando consigo hope en forma de vacunas que mantienen a raya enfermedades como el polio, tétano y más recientemente, el COVID-19. Su dedicación asegura la inmunización de hasta 200 niños en un solo día, tarea que repite con regularidad para sus compatriotas que aún enfrentan estas enfermedades que para muchos países de altos ingresos son remanentes del pasado.
Con la implicación de organismos como la Organización Mundial de la Salud y iniciativas como Gavi y Covax, se está generando el acceso necesario para prevenir estas y otras enfermedades letales. Se estima que la generalización de vacunas come el sarampión ha salvado cerca de 94 millones de vidas en los últimos 50 años, y las vacunas contra 14 patógenos comunes han evitado 154 millones de muertes.
El papel de las vacunas va más allá de salvar vidas, y esto se ejemplifica en campañas de vacunación monumental como la erradicación de la viruela, reconocida hoy como una de las mayores hazañas de la humanidad en salud pública, logrando eliminar la enfermedad en todo el globo. A pesar de que la erradicación de la polio ha probado ser más desafiante, la lucha continúa con solo un porcentaje mínimo de casos aún presentes.
Estas intervenciones médicas están consideradas como el “tugboat” del cuidado preventivo, permitiendo a los trabajadores de la salud abordar otras necesidades críticas durante las jornadas de vacunación en áreas subatendidas, enfermedades endémicas o en comunidades donde la infraestructura sanitaria es prácticamente inexistente. Con iniciativas como la de Rotary International, se han añadido mejoras al sistema de salud durante las campañas de vacunación.
En respuesta al devastador impacto del COVID-19, la alianza Covax surgió como un esfuerzo de distribución equitativa de vacunas, consiguiendo inmunizar a una inmensa parte de la población mundial en tiempo récord. Si bien la “nacionalismo de vacunas” desafió la equidad, los organismos se han redoblado esfuerzos para mejorar el acceso continuo e igualitario de futuras inmunizaciones, especialmente centrando atención en el continente africano.
Vacunarse en Sudán del Sur requiere esfuerzo y compromiso por parte de trabajadoras como Laja, quienes pugnan cada día contra las circunstancias adversas, buscando inmunizar a los niños de su comunidad y contribuir a que su país alcance el estado de salud equitativo que todos merecen. La fuerza de las vacunas en promover la equidad y su impacto duradero en la salud global, desde la longevidad hasta la calidad de vida, demuestran los avances logrados y aquellos aún en espera de ser cristianados.