En la eterna disputa sobre cómo orientar el papel higiénico, la respuesta ha estado enterrada en los anales de la historia por más de un siglo. Un antiguo documento de patente, datado en 1891 y presentado por Seth Wheeler, nos revela que el método correcto es colgar el papel higiénico “hacia arriba y por encima” del rollo. Esta simple ilustración es un testimonio de los intentos del inventor por reducir tanto el desperdicio como el desorden.

El origen de esta innovación remonta a 1871 cuando Wheeler patentó por primera vez el concepto de papel perforado. No obstante, en 1891 llevó su invención un paso adelante, patentando el formato en rollo, lo cual cambió para siempre la manera en que manejamos el papel higiénico. A través de una serie de diagramas, incluyendo aquellos exhibidos en la base de datos de Google Patents, Wheeler afirmaba que su diseño permitía usar el papel en “portarrollos simples”, evitando el desenredo libre y asegurando el uso eficiente de cada hoja.

La revelación de esta patente, redescubierta por el escritor Owen Williams y la cual además se hizo pública en 2015, provocó una oleada de comentarios en plataformas sociales. En ellas, los defensores del método “por encima” encontraron la confirmación de que su preferencia estaba respaldada por un legado histórico y tecnológico. La dualidad que había dividido las opiniones sobre esta práctica doméstica podría ahora quedar resuelta gracias a los planos originales del siglo XIX.

Este hallazgo no solo se convierte en una curiosidad histórica, sino también en un recordatorio de cómo pequeños gestos, aparentemente triviales, encuentran sus raíces en invenciones pasadas. En la conversación sobre cómo colgar el papel higiénico, parece que Wheeler tuvo la última palabra, uniendo en su diseño eficiencia y practicidad.