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jueves 26 de de 2024

La Tierra recibe temporalmente a otro mini luna: el asteroide 2024 PT5

En un sorprendente encuentro celestial, la Tierra está a punto de recibir un visitante cósmico efímero. El asteroide 2024 PT5, un miembro de la familia Arjuna, fue detectado por primera vez el 7 de agosto desde Sudáfrica cuando pasó a unos 500,000 kilómetros de nuestro planeta. En un emocionante giro de los acontecimientos, se espera que el 29 de septiembre, este objeto de 10 metros quede temporalmente atrapado por nuestra gravedad a una distancia de aproximadamente 1.5 millones de kilómetros, convirtiéndose brevemente en un “mini luna” de la Tierra.

Sin embargo, su estadía será corta. No alcanzará a completar una órbita completa antes de que la atracción del sol devuelva al asteroide a su órbita heliocéntrica habitual alrededor del 25 de noviembre. A pesar de esta fugaz visita, 2024 PT5 no será visible para los aficionados al telescopismo, ya que su tamaño y brillo no permiten su observación sin instrumentos adecuados: se requeriría un telescopio de al menos 76.2 centímetros de diámetro y un detector digital para poder visualizarlo.

Carlos de la Fuente Marcos, uno de los descubridores, hizo alusión a la posibilidad de que 2024 PT5 vuelva a ser capturado en 2055, brindando a los entusiastas del cosmos otra oportunidad para observarlo. No sería la primera vez que el asteroide se convierte en mini luna, dado que en 1960 ya ocupó este rol aunque pasó desapercibido en aquel entonces.

En los estudios se destacan otros cuatro mini lunas confirmadas: 1991 VG, 2022 NX1, 2006 RH120 y 2020 CD3, cada una con dinámicas y duraciones variables. Mientras algunas solo permanecen en la cercanía por breves periodos, otras logran ser parte de la danza orbital de la Tierra por un año o más, generando gran interés para futuras misiones exploratorias.

La intrigante órbita de los mini lunas ha desatado conjeturas sobre su naturaleza, siendo algunos considerados como restos artificiales. Un caso peculiar fue 2020 SO, inicialmente clasificado como mini luna, pero que luego fue identificado como parte de un cohete de la NASA de 1966. Aunque las investigaciones han indicado que 2024 PT5 tiene orígenes completamente naturales, el interés científico por estas efímeras compañeras es innegable, abriendo un mundo de posibilidades para misiones espaciales futuras que nos permitan apreciar estas singularidades cósmicas de cerca.