Marie Curie, un nombre que resuena en el mundo de la ciencia, no solo dejó un legado en el campo de la química, sino que también allanó el camino para muchas mujeres científicas en una época en la que pocos se atrevían a probar suerte. Su icónica dilucidación de la radioactividad no solo le dio un lugar privilegiado en los anales de la ciencia, sino que también atrajo a un considerable número de mujeres a su laboratorio en París. Este espacio, que funcionaba como un ferviente hervidero de ideas, fue el lugar de trabajo de al menos 45 científicas, según revela Dava Sobel en su libro ‘The Elements of Marie Curie’.
Curie era toda una pionera: la primera mujer en enseñar en la Sorbona, y no tardó en convertirse en un imán para mujeres que buscaban abrirse paso en un mundo predominantemente masculino. Aunque no reclutaba de forma consciente a mujeres, no tenía reparos en contratarlas, lo cual era inusual para su tiempo. Se cuenta que, por este motivo, inspiró a generaciones no solo de mujeres científicas que escuchaban su nombre desde su juventud, sino que incluso a sus contemporáneos, incluidos gigantes científicos como Einstein, Fermi y Bohr, para aceptar que las mujeres tienen un lugar en el ámbito científico.
El desafío no solo consistía en abrir las puertas de su laboratorio, ya que ser una mujer de ciencia traía consigo una serie de obstáculos sociales. Curie soportó el clima implacable del sexismo que prevalecía en la academia francesa, donde ni ella ni su hija, otra laureada con el Nobel, recibieron el reconocimiento merecido en la Academia de Ciencias. Sin embargo, su trabajo y determinación ayudaron a cambiar la percepción y, gradualmente, a reducir esas barreras.
Las aportaciones de Curie no se limitaron a descubrimientos radiantes, sino que, de manera tácita, su decidida presencia en eventos científicos de renombre normativizó la idea de mujeres en ciencia y, en consecuencia, incursionaron más mujeres en sectores previamente dominados por hombres. Es imposible no reconocerla como un baluarte del progreso en términos de igualdad de género dentro de la ciencia, influyendo en su época y mucho más allá, como lo atestiguan las innumerables historias de mujeres científicas inspiradas en su trayectoria.
Marie Curie no fue solo una científica brillante, sino una auténtica pionera, que a través de su trabajo y ejemplo, ayudó a cambiar la narrativa de la igualdad de género en la ciencia, logrando representar una chispa de esperanza para las mujeres de su tiempo y las que vendrían tras ella.