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lunes 14 de de 2024

Nuevas Estrategias contra Fake News Priorizarán a Plataformas Online

Investigación Determina que las Plataformas Online Deben Ser Protagonistas en la Lucha contra las Fake News

Un nuevo estudio de Diana Riazi y Giacomo Livan ofrece un enfoque revelador y un marco de dinámica de opiniones para combatir la propagación de desinformación en las redes sociales. En este estudio, se sugiere que las fuentes centralizadas, especialmente las plataformas online, tienen un impacto más eficaz en la lucha contra las “fake news” que aquellas distribuidas. Los resultados apuntan a que estrategias preventivas como la “prebunking” y la “deplatforming”, a menudo, superan en eficacia al simple “debunking” o corrección tras el hecho.

La investigación parte de la premisa de identificar quién debería asumir la responsabilidad en esta misión: ¿Deberían ser las plataformas digitales o sus usuarios quienes afronten el combate contra la desinformación? A lo largo de diversas pruebas y simulaciones, se enfatiza la superioridad de las fuentes centralizadas frente a las distribuidas al proponer que las plataformas sociales asuman un papel activo.

Un aspecto interesante es el hallazgo respecto al efecto “boomerang” de algunas correcciones. Este término alude al fenómeno en el que debunking mal ejecutado puede ser contraproducente, a veces exacerbando la desinformación. Sin embargo, las estrategias puntuales como “deplatforming”, es decir, la suspensión o eliminación de cuentas que violen términos comunitarios, muestran resultados prometedores.

En busca de un enfoque reactivo, plataformas como Meta han adoptado la verificación de hechos mediante acuerdos con empresas externas tras sus críticas por insuficiente manejo de la desinformación post elecciones presidenciales 2016 en EE.UU. Similarmente, X (antes Twitter) instauró iniciativas como “community notes” para agregar contexto y claridad a publicaciones cuestionables.

Además, el estudio destaca los riesgos de las redes para incubar comunidades tóxicas y extremas, y cómo medidas automáticas para identificarlas podrían ser de gran ayuda. Esto resuena con el reciente auge de la inoculación psicológica en forma de juegos que promueven la resistencia mental a la desinformación.

En conclusión, la integridad de la información en redes sociales podría ser mejor resguardada si las plataformas toman un rol más intrínseco en la gestión de la información, no sólo educando previamente a los usuarios sino también reaccionando ágilmente a conductas desviadas. La combinación de estrategias preventivas con respuestas rápidas parece ser el enfoque óptimo en el constante combate contra la desinformación.