La investigación sobre la hinchazón celular tras lesiones en la médula espinal abre una nueva vía hacia posibles tratamientos, como muestra un reciente estudio con ratones. Tras una lesión devastadora en la médula espinal, las células nerviosas del ratón experimentan un aumento significativo en su tamaño. En particular, un tipo de neurona llamado “excitatoria” se agranda y permanece hinchada durante mucho tiempo, incluso hasta 35 días, antes de comenzar a morir.
Un fármaco conocido como Bumetanida parece cambiar este panorama en ratones. Bumetanida, utilizado para tratar el edema en humanos, mostró una notable reducción en la hinchazón de las neuronas y, en consecuencia, disminuyó la muerte celular. Estos resultados prometedores también conllevaron una mejora en la movilidad de las extremidades de los ratones tratados, en comparación con aquellos que no recibieron el medicamento.
La investigación fue detallada por Bo Chen y su equipo de la Universidad de Texas en Galveston el 25 de septiembre de 2024 en Science Translational Medicine. Utilizando biología molecular avanzada, ingeniería genética y aprendizaje automático, los científicos analizaron más de 30,000 neuronas en una sección de la médula espinal de solo 3 milímetros. Fue a través de estas técnicas innovadoras que se identificó el comportamiento celular distintivo post-lesión.
Dentro de los primeros dos días tras la lesión, las neuronas inhibitorias, responsables de disminuir la actividad celular, volvieron a su tamaño normal en aproximadamente dos semanas. En cambio, las neuronas excitatorias exhibieron un comportamiento completamente diferente, inflamándose más y manteniendo la hinchazón durante un tiempo prolongado, lo que aumentó el riesgo de muerte celular.
Aunque el empleo de Bumetanida presentó resultados alentadores en ratones, aún queda por investigarse su efecto en humanos, advierten los investigadores. Chen enfatiza la necesidad de continuar estudiando esta vía terapéutica antes de plantear su uso clínico.
La importancia del descubrimiento radica en identificar la hinchazón neuronal como una parte crucial de las lesiones medulares. Estos hallazgos, aunque preliminares para su aplicación en humanos, destacan un potencial camino para abordajes terapéuticos novedosos que puedan mitigar el impacto de estas devastadoras lesiones.
En conclusión, si bien la investigación avanza, aún queda un largo camino por recorrer para trasladar estos hallazgos a tratamientos efectivos y seguros para los humanos. La ciencia, sin embargo, nos da una luz de esperanza hacia la recuperación post-traumática.