Una nueva investigación realizada en Estados Unidos ha revelado que, si bien la restricción calórica podría alargar la vida de los animales, también podría conllevar efectos secundarios en la salud, como cambios metabólicos y pérdida de masa corporal. Este estudio se realizó en ratas genéticamente diversas, confirmando trabajos anteriores que mostraban que, desde primates hasta nematodos, muchos animales parecen vivir más tiempo cuando se les reduce la ingesta de alimentos.
El estudio involucró a 960 ratones hembras divididos en grupos con diferentes niveles de restricción calórica, así como experimentos de ayuno intermitente. Las ratas que experimentaron la mayor reducción calórica, alrededor del 40%, llegaron a vivir un promedio de nueve meses más que sus congéneres alimentadas sin restricciones. Sin embargo, un dato clave señalado por los investigadores fue la gran variabilidad en las edades de fallecimiento dentro de cada grupo de restricción calórica, lo que sugiere que otros factores podrían estar en juego.
En los grupos con restricción calórica, los ratones que mantenían más peso y tenían una mayor proporción de glóbulos blancos tienden a vivir más, sugiriendo que genes y factores genéticos juegan un papel importante en la longevidad. Además, los ratones cuyo tamaño de glóbulos rojos variaba menos también presentaron expectativas de vida más largas.
Todo esto sugiere que, aunque una dieta reducida en calorías puede asociarse a una longevidad extendida, no es un simple asunto metabólico o relacionado con la pérdida de peso lo que impulsa estos resultados. La genética parece ser el factor más determinante que influye en qué ratones logran vivir más tiempo.
Estos hallazgos nos invitan a reflexionar sobre cómo aplicamos las restricciones dietéticas en humanos, ya que las diferencias fisiológicas entre humanos y ratones podrían significar que estos resultados no se traduzcan directamente a nuestra especie. Sin embargo, conservar una buena salud a lo largo de la vida sigue siendo un objetivo vital, más allá del número de años que uno pueda vivir. Este estudio, publicado en la revista Nature, está abriendo un debate sobre los enfoques alimenticios para mejorar la salud y aumentar la longevidad."