El aumento de casos de tos ferina en Estados Unidos en 2025 ha generado alarma entre los profesionales de la salud. A inicios del año, se reportaron 8,485 casos en comparación con los 4,266 del año anterior, lo que representa casi el doble de casos. Este notable incremento ocurre en un contexto donde los niveles de vacunación han disminuido, impulsados en parte por sentimientos antivacunas y recortes en los servicios de inmunización.

La tos ferina, una enfermedad respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis, es especialmente peligrosa para los bebés y niños pequeños. Conocida como la enfermedad de “los 100 días”, se caracteriza por accesos violentos de tos que pueden llevar a problemas respiratorios graves. Algunos de los síntomas severos incluyen apnea, neumonía y convulsiones. La Organización Mundial de la Salud ha estimado que, anualmente, esta enfermedad causa 24,1 millones de casos y 160,700 muertes en menores de 5 años en todo el mundo.

A pesar de ser prevenible mediante una vacuna segura y efectiva, la tos ferina ha experimentado un resurgimiento desde los años 90, a excepción de un breve descenso durante la pandemia de COVID-19. Los informes muestran que en 2024, se notificaron 35,435 casos, superando ampliamente las cifras de años anteriores a la pandemia. Lamentablemente, el año pasado, cuatro personas fallecieron a causa de la enfermedad en EE. UU., incluyendo a dos bebés.

El retorno de esta enfermedad está vinculado a varios factores. Entre ellos, la transición en los años 90 a una vacuna que utiliza componentes purificados de la bacteria en lugar de la célula entera. Aunque esta vacuna es menos reactogénica, su efecto de protección dura menos tiempo. Además, la vacunación ha caído del 95% al 92% en niños de kindergarten entre 2019 y 2023.

Para mitigar el riesgo, se advierte que las medidas efectivas incluyen vacunar rutinalmente a los infantes y aplicar dosis de refuerzo en adolescentes y adultos. También se subraya la importancia de la vacunación durante el embarazo para proteger a los bebés desde el nacimiento. Las investigaciones han demostrado que la inmunización preventiva es altamente efectiva, manteniendo un considerable porcentaje de protección frente a la enfermedad incluso años después de aplicada.

Con un espectro de respuestas a la vacunación tan amplio, conversar con profesionales de la salud acerca de la necesidad de vacunarse puede ser crucial para salvaguardar la salud familiar. Como apuntó la profesora Annette Regan, es imprescindible rastrear la corriente antivacunas y contrarrestar con educación sobre la seguridad y efectividad de las vacunas.