La reciente declaración del actor y cantante Jared Leto generó reacciones encontradas en Ucrania. Leto, conocido por su oscarizado papel en “Dallas Buyers Club”, expresó su anhelo de volver a actuar en Rusia una vez que “los problemas” actuales cesen, refiriéndose al conflicto en Ucrania. En un concierto en Belgrado, manifestó extrañar a su público ruso y mencionó sus planes de presentarse en ciudades como San Petersburgo, Moscú e incluso Kiev en un futuro deseado.

El video de su concierto, compartido por varios fanáticos, muestra cómo Leto preguntaba al público cuántos de ellos eran rusos y, tras escuchar a una entusiasta multitud, confesó sentir una “pequeña energía rusa” esa noche. Este comentario no cayó bien entre los ucranianos tras enterarse de sus palabras.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania respondió rápidamente, calificando los comentarios de Leto como un insulto a los ciudadanos ucranianos que defienden su libertad contra lo que consideran una invasión liderada por el Kremlin. Según el Ministerio, no puede haber complacencia hacia Rusia mientras continúe su agresión.

Las palabras de Leto contrastan notablemente con las acciones de otras celebridades de Hollywood, como Sean Penn, Mark Hamill y Ben Stiller, quienes han demostrado un apoyo incondicional a Ucrania en su resistencia frente a las acciones rusas.

Es interesante observar cómo figuras públicas y sus comentarios pueden influir y provocar movilización a nivel internacional. En este caso, aunque Leto no pretendía menospreciar a Ucrania, sus declaraciones resaltan las sensibilidades y divisiones existentes en un contexto global cada vez más complicado. La controversia también sirve como recordatorio de la persistente tensión entre el mundo del espectáculo y la política internacional, donde todo gesto y comentario es evaluado en el brillante y a veces despiadado escenario mundial.