David Lammy, el nuevo canciller británico, se prepara para un viaje diplomático a China del 18 al 19 de octubre, marcando su primera visita oficial desde que el Partido Laborista tomó el poder. Este viaje ocurre en un momento crítico, ya que el Reino Unido está reevaluando su relación con China. La visita ha sido confirmada por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, cuyo portavoz, Mao Ning, confirmó la invitación extendida a Lammy por altos dirigentes del Partido Comunista Chino y el Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi.
Este movimiento del Reino Unido se produce luego de que el Primer Ministro Keir Starmer expresara preocupaciones sobre las actividades militares de China en el Estrecho de Taiwán, calificándolas como perjudiciales para la paz y la estabilidad. En un enfoque equilibrado, Starmer anunció que el gobierno del Reino Unido desafiaría a China en áreas de desacuerdo, al mismo tiempo que colaboraría en cuestiones de interés compartido.
A Lammy se le ha instado por un grupo de diputados británicos a confrontar directa y francamente a China respecto a su historial en materia de derechos humanos, tal como se sugiere en una carta revelada por el diario Guardian. Esta iniciativa refleja las crecientes tensiones diplomáticas, especialmente después de que varios parlamentarios británicos que han criticado al Partido Comunista Chino fueran sancionados por Beijing.
El contexto de esta visita está compuesto por precedentes históricos y políticos. El último secretario del exterior del Reino Unido en visitar China fue James Cleverly, en agosto de 2023, rompiendo un periodo de más de cinco años sin visitas oficiales de este tipo. A su vez, el enfoque hacia China ha mostrado un cambio considerable desde los tiempos en que David Cameron, predecesor de Lammy, mantuvo un enfoque más crítico, en respuesta a los supuestos ciberataques en democracia británica atribuidos a actores patrocinados por el gobierno chino.
Esto contrasta notablemente con la llamada “era dorada” de las relaciones entre el Reino Unido y China mientras Cameron fue primer ministro entre 2010 y 2016. La política de hoy ha dejado claro que las querellas sobre la ciberseguridad y los derechos humanos serán parte crucial de las discusiones de Londres con Beijing.
A la luz de estos acontecimientos, la Oficina de Desarrollo y Commonwealth se ha mantenido al margen de proporcionar comentarios formales. Esta diplomacia en marcha será observada de cerca por la comunidad internacional, dado cómo podría reconfigurar futuras alianzas y colaboraciones entre el Reino Unido y China. Será interesante ver cómo el señor Lammy maneja estos delicados temas durante su esperada visita.
En conclusión, esta nueva fase en las relaciones Reino Unido-China planteará retos y oportunidades para ambas naciones. Si bien el diálogo abierto puede mitigar tensiones, el éxito a largo plazo dependerá de la capacidad de ambos países para encontrar bases comunes más allá de las diferencias presentes.