El magnate de las telecomunicaciones francés Xavier Niel podría perfectamente tener un yate en alguna isla privada, pero sus sueños son bastante diferentes. Aspirando a algo más tangible, ha revelado en sus memorias que podría estar interesado en postularse como el próximo alcalde de París. La motivación detrás de este sueño, aparentemente, es su deseo de hacer uso de su fortuna de alrededor de 10 mil millones de euros para beneficiar a la capital francesa, inspirándose en empresarios como Mike Bloomberg, quien asumió el cargo de alcalde de Nueva York.
Niel ha sido una figura prominente en el ámbito tecnológico desde que fundó el primer proveedor de internet en Francia en 1993. Más tarde, amplió su influencia al mundo de la telecomunicaciones fundando Iliad, matriz de la famosa compañía francesa de internet Free. Sin embargo, su capacidad de influencia no se detiene allí. Este visionario también ha incursionado en el sector de los medios al co-comprar el diario francés Le Monde y al invertir en la popular aplicación de mensajería Telegram. Más recientemente, se unió a la junta del grupo chino ByteDance, propietario de TikTok.
A pesar de sus credenciales, la carrera hacia la alcaldía no será sencilla. La contienda está alineada para 2026, con la actual alcaldesa, Anne Hidalgo, y la ministra de Cultura, Rachida Dati, entre las principales contendientes. Niel, sin embargo, se muestra filosófico ante sus posibilidades, describiendo su postulación como un “sueño que puedo acariciar”, sugiriendo que quizás una figura más joven encarne mejor el futuro que debería ver París.
A pesar de las barreras evidentes, su intención refleja una profunda conexión y responsabilidad con la ciudad que lo vio crecer, naciendo en el suburbio parisino de Maisons-Alfort. Con uno de sus proyectos futuros siendo Grand París, un plan para mejorar la conectividad entre París y sus regiones periféricas, Niel podría estar allanando el camino para un mejor mañana para los parisinos que tanto anhela ayudar.
Independientemente de si decide postularse o no, la aspiración de Niel de convertirse en alcalde de París ilustra su deseo de tener un impacto duradero en su ciudad natal, mostrando cómo algunas ambiciones trascienden lo material para centrarse en el bien mayor.