El gobierno francés ha dado su apoyo a la venta de una filial de la gigante farmacéutica Sanofi a un fondo estadounidense, después de asegurar compromisos que mantendrán el empleo, la producción y la gestión en territorio francés. La operación, valorada en más de 15.000 millones de euros, involucra la transferencia de Opella, fabricante de medicamentos sin receta, como el paracetamol, a la firma de capital privado CD&R.
El ministro de Economía, Antoine Armand, afirmó que sus preocupaciones sobre el suministro de medicinas esenciales y la estabilidad laboral han sido atendidas. Aseguró que no habrá pérdida de empleos ni impacto negativo en la disponibilidad de medicamentos cruciales en el mercado local. A pesar de que la banca pública Bpifrance adquirirá acciones en Opella, no tendrá un control mayoritario.
Esta transacción ha desatado controversias en diversos sectores en Francia. Críticos del acuerdo temen que pueda amenazar a la industria manufacturera local y obstruir los esfuerzos europeos por asegurar la producción de medicinas críticas. Sin embargo, las autoridades francesas se muestran optimistas respecto a la inyección de nuevo capital del extranjero, viendo en ello una oportunidad para desarrollar el sector farmacéutico nacional.
Un funcionario del ministerio de Economía, bajo la condición de anonimato, confirmó que Francia ha conseguido todas las garantías posibles, evitando así la paralización del acuerdo. “Bloquear el acuerdo no hubiera proporcionado más garantías”, subrayó, haciendo énfasis en la importancia del capital inversor.
El lunes, los ministros Armand y Marc Ferracci presentarán todos los detalles del acuerdo a la opinión pública. El gobierno, mientras tanto, procederá a llevar a cabo un control de inversiones para asegurar que todas las condiciones del acuerdo se cumplan.
Este acuerdo pone de relieve el complejo juego de equilibrio que el gobierno francés debe manejar: manteniendo intacta su soberanía económica mientras se aprovechan las oportunidades de inversión externa. La conclusión es clara: el futuro de la industria farmacéutica en Francia parece asegurado, al menos por ahora, mientras el desarrollo y la innovación siguen en la agenda del día.