El reciente debate entre Kamala Harris y Donald Trump ha puesto en el centro de la discusión política el impacto de tales eventos en las encuestas, especialmente considerando la ajustada carrera presidencial en los Estados Unidos. A pesar de que Harris dominó en el escenario del debate, las encuestas reflejan un incremento modesto en su popularidad. Los sondeos nacionales muestran únicamente un aumento de un punto porcentual en su ventaja respecto a Trump desde el día del evento.

A nivel nacional, múltiples promedios de encuestas oscilan entre una diferencia de 2.2 y 3 puntos para Harris, una cifra que no supone una gran variación tras su presentación. Por ejemplo, dos de los reconocidos promedios de encuestas, como FiveThirtyEight y RealClearPolitics, colocan su ventaja en 2.7 puntos en Michigan, mientras que en Wisconsin su liderazgo ha disminuido levemente desde el 10 de septiembre.

El detallado análisis estatal también pinta un panorama donde el avance es tenue. En Arizona, Trump lidera las encuestas con un margen muy estrecho tras el debate, y las encuestas mostran una ventaja similar en Georgia. Mientras tanto, Harris mantiene una pequeña ventaja en lugares como Nevada, pese a la falta de datos recientes sobre el estado.

Particularmente, en aquellos estados que resultan decisivos, algunos como Michigan muestran a Harris con una ventaja sobre Trump, beneficiándose de un fuerte respaldo en áreas urbanas como Detroit. En contraste, otros estados como Carolina del Norte presentan un empate técnico, aunque incidentes locales desafían la estabilidad de estos resultados.

Es especialmente significativo el caso de Pensilvania, considerado un estado bisagra, donde Harris ha logrado una ventaja tangible en las encuestas post-debate, con algunos sondeos otorgándole hasta 6 puntos a su favor.

Con la política estadounidense aproximándose una vez más a un punto de inflexión en noviembre, es perceptible que los vaivenes políticos y demográficos continúan imprimiendo su sello sobre el devenir electoral. Este ambiente de intensa competencia entre Harris y Trump presagia una contienda electoral marcada por márgenes estrechos y la necesidad de movilizar bases sólidas a nivel estatal. En síntesis, aunque Harris se considere la vencedora de esta fase del diálogo político, su impacto cuantitativo permanece moderado, y la dinámica política sigue abierta en varios de los estados más disputados del país.