La posible modificación de los horarios de operación de los pubs británicos ha generado una intensa discusión política. Nigel Farage, líder del Partido Reformista del Reino Unido, advierte que los británicos podrían abandonar en masa al Partido Laborista si se adelanta en la reducción de las horas de apertura de estos establecimientos tan queridos en el país. Según Farage, esta medida podría afectar la base de votantes laboristas en el denominado ‘Muro Rojo’.

Los comentarios del Ministro de Salud Pública, Andrew Gwynne, han sido los que avivaron esta discusión. Durante la conferencia anual del Partido Laborista en Liverpool, Gwynne sugirió que reajustar los horarios de apertura podría tener razones económicas y morales, dadas las presiones sobre el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. El país enfrenta serios problemas de salud por el consumo excesivo de alcohol, y como parte de la política de salud pública, Gwynne consideró necesario abordar este tema, aunque su declaración fue rápidamente desmentida por portavoces del Departamento de Salud y Atención Social.

La normativa actual permite a la mayoría de los bares cerrar a las 11 p.m., aunque se introdujo la posibilidad de solicitar licencias para operar durante 24 horas, con la esperanza de fomentar un consumo responsable. Farage, un defensor de las libertades individuales, criticó cualquier intento de regulación adicional, señalando que el Partido Laborista, compuesto principalmente por la clase media, perdería el apoyo de sus votantes que frecuentan pubs tradicionales.

Al día siguiente, en el programa Today de Radio 4, el Ministro de la Oficina del Gabinete, Pat McFadden, intentó calmar las aguas asegurando que no existen planes para cambiar las horas de licencia de alcohol. McFadden destacó la importancia cultural de los pubs y afirmó que son una parte integral de la tradición británica. Recientemente, agregó con sentido del humor que, si la cuestión se discute más, presentaría una resolución de emergencia en la conferencia.

Ante la controversia generada, parece ser que el tema de los horarios de operación de los pubs británicos seguirá en el ámbito de la especulación más que en un borrador legislativo concreto. Sin embargo, la discusión revela cómo decisiones políticas relacionadas con la salud pública pueden provocar intensas reacciones cuando rozan las tradiciones culturales profundamente arraigadas en la sociedad británica.