En una sorprendente decisión, Rosie Duffield se ha convertido en la primera miembro del Parlamento en renunciar desde que Keir Starmer asumió el liderazgo del Partido Laborista. La política trazó una dura crítica a la dirección adoptada por el líder, señalando que su administración parece estar más centrada en la avaricia y el poder que en generar un verdadero cambio.
La controversia no se detiene aquí. Según las revelaciones, Starmer y algunos de sus funcionarios han aceptado regalos por un valor de cientos de miles de libras, cortesía de generosos donantes del partido, como Waheed Alli. Entre estos obsequios, se incluyen ropa de diseñador y viajes familiares, los cuales han suscitado un debate acalorado, especialmente al considerar las medidas de austeridad promovidas por su gobierno, como la limitación de beneficios para los niños y la reducción de los pagos de calefacción invernal que afecta a millones de personas.
Duffield expresó su disconformidad al ver cómo, mientras los más vulnerables enfrentan dificultades, algunos miembros del gabinete disfrutan de privilegios que contrastan con las políticas de austeridad. “Es desafortunado ver este comportamiento hipócrita”, señaló en su carta de renuncia publicada en el Sunday Times. La situación se agudiza al recordar que siete parlamentarios fueron suspendidos anteriormente por oponerse a las políticas restrictivas.
La carta no sólo abordó el tema de las donaciones, sino que también criticó la metodología de mando de Starmer, acusándolo de favorecer a aquellos sin experiencia política relevante, pero que poseen conexiones familiares influyentes. A pesar del revuelo, Starmer sigue firme en su defensa de estas acciones, lo que ha provocado el descontento de votantes, activistas y colegas.
La renuncia de Duffield deja una herida abierta en el Partido Laborista en su joven gobierno, aún en sus primeros cien días de gestión, tras obtener un amplio triunfo en las elecciones de julio. Esta salida también destaca por su contexto previo de tensiones con Starmer, especialmente en temas como los derechos trans.
La resignación de Duffield y las problemáticas que enfrenta Starmer no sólo afectan la percepción pública del gobierno, sino que también ponen de manifiesto la complejidad de mantener la confianza en medio de políticas restrictivas mientras se manejan relaciones estrechas con donantes poderosos. Las responsabilidades que enfrenta el partido son de gran magnitud, y cómo se gestionen estas tensiones será crucial para su legitimidad a largo plazo.