El actual panorama político de Estados Unidos ha puesto de nuevo la discusión sobre la mesa: el futuro del sistema de votación del país, específicamente el rol del Colegio Electoral. El gobernador de Minnesota, Tim Walz, ha estado propagando su opinión de que el Colegio Electoral debe ser eliminado, abogando por un cambio significativo hacia un sistema donde el voto popular tenga la palabra final.
En una reciente serie de eventos benéficos que ha llevado a cabo tanto en Nueva York como en la costa oeste, Walz continúa criticando este mecanismo de elección presidencial, dejando claro que, para él, el voto popular debería tener un papel predominante en la determinación del próximo presidente de EE. UU. Esta cuestión ha sido una espina para los demócratas tras el desenlace electoral del 2016, cuando Hillary Clinton aseguró el voto popular pero no la presidencia debido al desbalance en el Colegio Electoral.
En California, durante un evento con el gobernador Gavin Newsom, Walz reiteró su deseo de un cambio, mencionando que él y Newsom habían conversado al respecto con anterioridad. “Sabemos que el Colegio Electoral debe desaparecer”, afirmó. No obstante, se apresuró a recalcar que, mientras ese cambio no llegue, la estrategia debe centrarse en ganar los votos de los condados clave, como los de Pensilvania y Wisconsin, cruciales para asegurar los 270 votos del Colegio Electoral que el candidato Demócrata necesita.
En mayo de 2023, en un movimiento audaz, Walz firmó una legislación que busca sustituir el Colegio Electoral con un sistema de voto popular nacional. A pesar de que numerosas propuestas similares están obteniendo tracción, se enfrentan al enorme desafío de requerir aprobación del Congreso, un escenario que de momento parece improbable.
Las palabras de Walz han resonado en las filas del partido Demócrata, especialmente después de afirmar en un evento en Seattle que los esfuerzos de campaña están diseñados para obtener esos cruciales 270 votos del Colegio Electoral. La campaña Harris-Walz ha estado diligentemente trabajando para asegurar votos en los estados pendulares. “Nuestro enfoque es captar ese impulso con cada visita”, afirmó un portavoz de la campaña.
A pesar del claro desacuerdo sobre el Colegio Electoral, tanto Walz como la vicepresidenta Kamala Harris han manifestado que están abiertos a discutir el cambio. En 2019, Harris declaró en un famoso programa de televisión que, aunque el tema es complejo, estaba dispuesta a explorar alternativas a un sistema que, según sus palabras, “diluye la influencia del voto popular en la decisión final del presidente del país”.
En una carrera política que se perfilaba como reñida, Walz ha demostrado ser pragmático, consciente de los desafíos del sistema actual, pero también optimista sobre el futuro del cambio electoral en Estados Unidos. “Soy pragmático, pero también tengo esperanza en el país”, concluyó en un evento en Nueva York. Con el fervor político actual, Walz junto con la vicepresidenta están apostando no solo por el cambio, sino por encender un sentimiento de confianza y acción en sus seguidores.