Nikolas Aberle, un académico de la Universidad de Texas A&M, ha desarrollado una innovadora instalación artística llamada Destructive Interference: Encoding Loss in the Overlap para representar visualmente las cifras escalofriantes de tiroteos masivos en Estados Unidos durante 2024. El proyecto consiste en una serie de esculturas en anillos interconectados, que buscan traducir datos estadísticos en una forma artística intrigante y emotiva.

Utilizando datos del Gun Violence Archive, Aberle diseñó un anillo para cada mes de 2024, donde la altura de las esculturas refleja las cifras de muertes registradas. En su diseño, las esculturas más altas corresponden a los meses con mayor violencia, mientras que las más bajas son representativas de los periodos con menos tragedias.

Estas esculturas no solo son simbólicas, sino que también son interactivas. Los anillos internos y externos, que simbolizan las distintas casuísticas de los tiroteos, están alimentados por un motor que hace girar los cilindros. Al rotar, proyectan sombras superpuestas que simbolizan a las víctimas, invitando al espectador a interactuar y reflexionar sobre la violencia armada en un contexto más humano y menos estadístico.

Un dato contundente del Gun Violence Archive señala que hubo 586 tiroteos masivos en 2024, resultando en la muerte de 711 personas. Estas estadísticas, a menudo abrumadoras y dispares, son traducidas por Aberle en un medio tangible que permite a los espectadores sumergirse en un diálogo visual sobre la violencia armada.

El diseño paramétrico de estas esculturas, realizado en Grasshopper y materializado a través de Rhino, es un ejemplo de cómo las tecnologías modernas pueden integrar grandes cuerpos de datos en formas de arte contemporáneo. La utilización de métodos de impresión 3D ha permitido a Aberle evitar ensamblajes complicados, haciendo que cada pieza sea rotativa y estable.

La elección meticulosa de materiales y métodos técnicos garantiza que, al observar estas esculturas, el público no solo vea estadísticas individuales, sino que pueda visualizar el impacto humano detrás de cada cifra, englobando meses altamente mortales como enero, hasta aquellos con menos incidencias, como octubre.

La intención de Aberle de evitar etiquetados evidentes o gráficos directos subraya su deseo de que la obra comunique una resonancia emocional por encima de una simple codificación dañina de datos. Aunque el proyecto completo aún no ha sido expuesto públicamente, las pruebas individuales de unidades anticipan una experiencia inmersiva constantemente evolucionando y alineada con las expectativas del creador.

Destructive Interference abre un diálogo esperanzador entre la estética artística y los problemas sociales actuales, demostrando que es posible invitar a la reflexión profundamente personal a través de medios visuales.

Con vistas al futuro, Aberle planea explorar más instalaciones artísticas que respondan a datos en tiempo real, continuando su misión de acercar al espectador a temas sociales vastos y complejos mediante representaciones simbólicas.

Finalmente, lo que Nikolas Aberle ha logrado es más que una obra de arte; es una plataforma de reflexión que conecta visibilidad estadística con la realidad socio-política, invocando una discusión necesaria sobre la violencia con armas en los Estados Unidos. En definitiva, su propuesta es una poderosa declaración que, a través del arte, visibiliza una crisis nacional.