El reciente apagón masivo en España y Portugal sigue generando controversias. Pese a que todavía no se han determinado las causas concretas, el secretario de energía de EE. UU., Chris Wright, se apresuró a culpar a las renovables, en especial a la energía solar y eólica. Aludió a que basar el suministro energético en las caprichosas condiciones climáticas es arriesgado. Sin embargo, expertos advierten que es una visión simplista y prematura del asunto.

El apagón dejó sin electricidad a millones de personas en la Península Ibérica poco después del mediodía del lunes pasado, comenzando en el suroeste de España. Dentro de un lapso de apenas cinco segundos, el sistema eléctrico sufrió un colapso total. Mientras tanto, el CEO de Red Eléctrica, Eduardo Prieto, destacó que el sistema respondió al primer fallo, pero otro subsecuente puso en jaque a la integridad del sistema, generando desconexiones masivas de recursos renovables.

Los cortes de energía se han convertido en un tema político, y la culpa generalmente recae sobre las energías renovables, como se observó anteriormente con el episodio de Texas. Sin embargo, los investigadores de ese incidente atribuyeron el fallo principalmente a la falta de preparación de los sistemas de gas natural. Al igual que con el apagón peninsular, los técnicos subrayan la importancia de no apresurarse a juzgar y de considerar la necesidad de soluciones energéticas diversas y flexibles.

Los operadores de redes en Europa enfrentan el desafío continuo de equilibrar oferta y demanda para mantener la frecuencia eléctrica. Y aunque las renovables, en teoría, podrían desestabilizar esta balanza, aún falta información para decir que fue el caso en este evento. Las instalaciones de energía renovable pueden y han de configurarse para proporcionar servicios de estabilidad, pero esto aún es limitado en la región.

Expertos como Pratheeksha Ramdas de Rystad Energy subraya la necesidad de sistemas de soporte rápidos para evitar fallos en cascada del sistema. En conclusión, mientras que los chivos expiatorios abundan, culpando precipitadamente a una tecnología u otra sólo obstruye el verdadero entendimiento de la complejidad de las redes eléctricas modernas.