Cruise, la compañía de vehículos autónomos, está reanudando gradualmente sus operaciones en California tras un difícil periodo que incluyó un severo accidente. En octubre de 2023, un robotaxi de la empresa atropelló y arrastró a un peatón en San Francisco, lo que llevó a la suspensión de su licencia para operar vehículos autónomos en el estado.
El suceso desató una serie de cambios internos en Cruise. Kyle Vogt, CEO en aquel momento, renunció en noviembre, junto con el cofundador y director de producto, Daniel Kan. La compañía sufrió recortes significativos, con la salida de nueve miembros de la dirección y una reducción de casi una cuarta parte de su personal. GM, propietaria de Cruise desde 2016, decidió reducir el financiamiento y reconstruir el liderazgo de la empresa basada en revisiones de seguridad externas.
A raíz de estos eventos, el Departamento de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores lanzaron una investigación en enero de 2024, indagando sobre la posible omisión de detalles referentes al accidente durante los exámenes regulatorios.
En un intento de reconstruir su reputación y probar sus credenciales de seguridad, Cruise detuvo completamente las operaciones de sus vehículos sin conductor y sus servicios de robotaxis tripulados para realizar una exhaustiva revisión de seguridad. En abril, los vehículos con conductores reanudaron servicios en Arizona, seguidos por Houston en junio.
Gracias a una inversión de 850,00 € millones por parte de GM, en apoyo a sus costos operativos, el regreso de Cruise al mercado californiano está llevándose a cabo, aunque de manera limitada. Actualmente, la empresa está utilizando vehículos equipados con conductores humanos para cartografía en Mountain View y Sunnyvale, con un plan a futuro para probar hasta cinco vehículos autónomos bajo supervisión más adelante en otoño.
Aunque Cruise está dando pasos para recuperar su posicionamiento en el mercado, aún afronta el desafío de reconstruir la confianza pública, un camino que sigue siendo arduo e incierto.