La implementación de chatbots con inteligencia artificial (IA) en instituciones educativas ha crecido notablemente, prometiendo mejoras en el aprendizaje y la enseñanza. De acuerdo con un estudio realizado en una universidad estadounidense, donde participaron 262 estudiantes de pregrado, se recopilaron percepciones y experiencias sobre estas herramientas de IA en el ámbito educativo. La investigación se centró en comprender las percepciones estudiantiles respecto a los beneficios y riesgos relacionados con el uso de chatbots de IA.
Entre los beneficios principales que los estudiantes destacan, se encuentran la capacidad de los chatbots para ofrecer retroalimentación inmediata y apoyo en el estudio. Estas herramientas pueden generar guías de estudio, pruebas prácticas y detectar errores en los contenidos proporcionados por los estudiantes, contribuyendo así a un aprendizaje más ágil y personalizado. Otro aspecto positivo mencionado es la capacidad instructiva de los chatbots, que pueden actuar como tutores personalizados, aclarando dudas y desglosando temas complejos para los estudiantes que lo necesiten. Además, se valoró el acceso continuo a la información que proporcionan, facilitando el aprendizaje en cualquier momento y lugar.
Sin embargo, no todo es positivo, ya que los estudiantes también manifiestan preocupaciones significativas, especialmente respecto a la integridad académica. Existe el temor de que estas tecnologías faciliten el plagio o sean una herramienta de trampa académica, además de que estudiantes honestos puedan ser injustamente acusados de trampa por el uso de estas herramientas. También preocupa la exactitud de la información proporcionada, ya que los chatbots pueden generar respuestas incorrectas o sesgadas. La posible pérdida de habilidades de pensamiento crítico y capacidad de resolución independiente de problemas fue otra preocupación recurrente, evidenciando el riesgo de una dependencia excesiva en estas tecnologías.
En cuanto a los riesgos éticos, los estudiantes señalaron preocupaciones sobre la privacidad de los datos, sesgos en el sistema y el impacto ambiental. Asimismo, subrayaron la importancia de preservar los elementos humanos en la educación, pues el uso excesivo de IA podría despersonalizar la experiencia educativa.
A pesar de las ventajas percibidas, el uso de IA en la educación demanda políticas claras que regulen su uso ético y confiable. Las instituciones deberían ofrecer directrices específicas sobre el uso aceptable de la IA, asegurando que actúe como una herramienta complementaria y no como sustituto del pensamiento crítico. Al final del día, los estudiantes ven potencial en estos sistemas, pero también una necesidad imperiosa de regular y guiar su implementación cuidadosamente para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos.
Es esencial, por tanto, que instituciones educativas y sus docentes continúen desarrollando e implementando medidas que aborden estos desafíos, garantizando así que la IA fortalezca y no comprometa el proceso educativo.