Un reciente estudio llevado a cabo por el Instituto Ludwig Boltzmann para la Salud Digital y Prevención arroja luz sobre la dificultad que enfrentan tanto adultos como personas mayores al intentar detectar sitios web de phishing usando los actuales mecanismos de confianza como indicadores SSL y HTTPS. El estudio, que involucró a 18 adultos y 12 personas mayores, reveló que ninguno de los participantes pudo identificar correctamente un sitio web falso, poniendo en tela de juicio la efectividad de las herramientas de seguridad actuales que buscan proteger al usuario promedio.
Para evaluar estas herramientas, se pidió a los participantes que navegaran con un navegador Chrome en dispositivos Android hacia un sitio de banco y uno gubernamental, y luego distinguieran cuál de los dos era un sitio de phishing. Los resultados no fueron prometedores y las calificaciones de usabilidad fueron bajas, lo que sugiere una necesidad urgente de mejorar estos mecanismos en función de sus usuarios potenciales.
La investigación indagó además en las preferencias de apoyo al utilizar mecanismos conceptualizados, mostrando que las personas mayores tienden a elegir el apoyo social o comunitario sobre las opciones AI (inteligencia artificial). Los participantes mayores de edad prefirieron fiarse de la percepción de la comunidad, con un 4.08 de preferencia en escala de Likert, mientras que los adultos obtuvieron una media de 2.44.
Los usuarios más jóvenes, en cambio, no mostraron una marcada preferencia hacia las modalidades asistenciales externas, aunque sí expresaron que las herramientas de AI podrían ser más confiables si estuvieran relacionadas con entidades confiables. Esta disparidad indica que unos mecanismos mejorados deben abordar la confianza digital desde diferentes ángulos, adaptando la capacitación y el diseño a las diferentes capacidades tecnológicas y preferencias etarias.
Tal panorama resalta la importancia de incluir la inclusión en el diseño de herramientas de seguridad digital, un reto esencial para proteger contra amenazas crecientes, particularmente en la población envejecida. El estudio concluye que, para mejorar estos sistemas de confianza, se deben considerar características como la integración de alertas en tiempo real y el uso educativo dentro del navegador, sin comprometer la experiencia del usuario. Estas medidas podrían involucrar alertas eficientes y la AI examinada por entidades reconocidas.
Este enfoque puede ofrecer una respuesta integral a la elevación de los niveles de protección cibernética, promoviendo un entorno en línea donde todos los usuarios, sin importar su edad, puedan navegar con confianza.