La tecnología de realidad virtual (VR) está revolucionando la forma en que los museos interactúan con su audiencia, permitiendo una comprensión más profunda del patrimonio cultural que representan. La herramienta está siendo implementada como parte de un modelo conceptual diseñado para el Museo de la ciudad portuguesa de Miranda do Douro, en un esfuerzo por enriquecer la experiencia del visitante y mejorar la interpretación del patrimonio material e inmaterial.
La experiencia de realidad virtual proporcionada al Museo está basada en un prototipo experimental que permite a los visitantes interactuar con los objetos del museo de manera inmersiva y dinámica. Este prototipo utiliza equipos como el HTC® VIVE® Pro EYE, que son capaces de manejar programas de realidad virtual complejos gracias a su robusto hardware.
Uno de los objetivos principales de implementar VR en el museo es ofrecer a los visitantes una experiencia envolvente que los conecte con las tradiciones ancestrales representadas por los objetos expuestos. Por ejemplo, se pueden explorar 360° imágenes, lo que ofrece una visión completa de las exhibiciones junto con material complementario como textos descriptivos, videos y objetos 3D.
El uso de VR no solo mejora la experiencia cultural para el visitante, agregando una capa de contexto inmaterial a la exposición de objetos, sino que también proporciona a los gestores del museo información valiosa sobre cómo interactúan los visitantes con los activos digitales a través de registros de uso.
Este enfoque no solo busca preservar la riqueza cultural mediante medios digitales, sino que también trata de vincular el contenido cultural generado por entidades externas con el museo, incrementando así la riqueza y el contexto de las experiencias presentadas en el museo.
Esta iniciativa es un ejemplo claro de la fusión de tecnología y cultura, redefiniendo cómo los museos operan en la era digital y maximizando tanto la experiencia del visitante como el rendimiento operativo del propio espacio cultural. La inclusión de VR está expandiendo las posibilidades de lo que un museo puede ofrecer, envolviendo a los visitantes en una sinfonía de cultura material e inmaterial, accesible nunca antes.
La realidad virtual, sin lugar a dudas, emerge como una herramienta de futuro prometedor en la comunicación, preservación, y enriquecimiento del patrimonio cultural. Las instituciones que adoptan estas tecnologías no sólo están mejorando la experiencia del público, sino que también abren nuevas fronteras para la interpretación cultural, asegurando que la rica diversidad de nuestra herencia global pueda ser apreciada de manera más completa por futuras generaciones.