En un nuevo estudio, expertos han arrojado luz sobre cómo las plataformas de redes sociales, especialmente X, anteriormente conocido como Twitter, han desempeñado un papel crucial en la guerra de la información durante el conflicto entre Rusia y Ucrania. Este análisis abarca desde el inicio de las hostilidades en febrero de 2022 hasta mayo de ese mismo año, manejando un robusto conjunto de datos de 40,000 tweets.
Mediante el uso de procesamiento de lenguaje natural y algoritmos de aprendizaje automático, los investigadores evaluaron el sentimiento y los temas recurrentes encontrados en las narrativas de cuentas de propaganda en comparación con cuentas confiables. Se descubrieron estrategias claramente diferenciadas en la manera de crear, esparcir y dirigirse a audiencias específicas por ambas partes. Mientras las cuentas de propaganda recurren frecuentemente a un lenguaje cargado de emociones y desinformación para evocar miedo y desconfianza, las otras, en su mayoría occidentales, se centran en reportajes fácticos y aspectos humanitarios del conflicto.
El estudio empleó modelos como Latent Dirichlet Allocation y un clasificador Gaussian Naive Bayes para analizar la temática y el sentimiento de los tweets. Los hallazgos indican que las cuentas occidentales se enfocan en aspectos geopolíticos y humanitarios, usando un lenguaje que resalta la soberanía ucraniana y la respuesta democrática internacional. En contraste, las cuentas rusas utilizan retóricas que evocan una amenaza existencial, vinculando el conflicto con temas como el nazismo, conspiraciones, y narrativas de guerra cultural.
La distribución del sentimiento mostró que las narrativas rusas tendían a tener un tono predominantemente negativo, enfatizando términos como “nazi” y “ataque” para justificar acciones militares y evocar miedo. Por otro lado, las narrativas occidentales presentaban un sentimiento más balanceado, enfatizando reportajes objetivos y el apoyo humanitario. Esto pone en evidencia la diferenciación en las estrategias narrativas y cómo estas son adaptadas continuamente para influir en la percepción pública.
En conclusión, el análisis destaca cómo las redes sociales se han convertido en un campo de batalla vital para la guerra de la información, con narrativas que buscan moldear la opinión pública. Los investigadores exponen la importancia de la alfabetización mediática para identificar y contrarrestar la desinformación y el uso de estrategias de propaganda digital. Los hallazgos son esenciales para el desarrollo de contramedidas efectivas ante las tácticas de influencia digital y propagan la necesidad de estudios continuos en este ámbito dinámico.
Este trabajo, aunque limitado al periodo inicial del conflicto, proporciona un panorama valioso sobre la dinámica de la guerra de la información y la influencia de las plataformas digitales en los conflictos geopolíticos actuales.