En una innovadora colaboración, empresas biotecnológicas están intentando crear cuero cultivado en laboratorio a partir de colágeno fosilizado de Tyrannosaurus rex. La alianza entre The Organoid Company, especializada en ingeniería genómica, Lab-Grown Leather, que se enfoca en biomateriales sin andamiaje, y la agencia de marketing VML, busca desarrollar este ambicioso proyecto. Según el anuncio, el objetivo es un material más sostenible y ético que el cuero tradicional, evitando así la muerte de animales y los procesos industriales perjudiciales.
A pesar de las altas expectativas, hay un gran escepticismo en la comunidad científica. Mientras que el anuncio declara que el cuero será ‘fabricado usando ADN de T. rex’, los expertos descartan esta posibilidad debido a la imposibilidad de obtener ADN intacto de dinosaurios que se extinguieron hace 66 millones de años. En cambio, el enfoque está en utilizar colágeno fosilizado de T. rex. Un tipo específico de colágeno, conocido como tipo 1, es abundante en cuerpos vertebrados pero rara vez se preserva bien en fósiles.
Un estudio de 2007 alegaba haber extraído fragmentos de colágeno de T. rex pero enfrentó críticas debido a posibles contaminaciones con colágeno de avestruz y cocodrilo. A pesar de ello, existe evidencia de que el colágeno puede sobrevivir hasta 200 millones de años, lo que da cierta esperanza a los investigadores. Si estos fragmentos genuinos de colágeno de T. rex lograran ser identificados, la labor de los científicos sería descifrar las secuencias de aminoácidos para recrear sus estructuras proteicas.
El método implica luego comparar tales secuencias con las de los parientes vivientes más cercanos del T. rex, como lo son las gallinas, para integrar estas secuencias en líneas celulares diseñadas para la producción de biocuero. No obstante, lograr un cuero que verdaderamente represente al T. rex es un reto monumental. Lo más probable es que el producto final contenga solo pequeños fragmentos de fibrillas de colágeno con algún parecido al material prehistórico.
Al final, aunque este proyecto probablemente no aporte un auténtico “cuero de dinosaurio”, podría significar un avance en el desarrollo de alternativas sostenibles en la industria de materiales de lujo, reduciendo el daño ambiental asociado a las prácticas actuales.