El enfoque cada vez más marcado hacia los vehículos autónomos ha encontrado un obstáculo en la seguridad y fiabilidad de su tecnología. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) ha desatado un furor al iniciar una rigurosa investigación sobre el sistema Full Self-Driving (FSD) de Tesla, después de que el mismo se viera involucrado en cuatro accidentes ocurridos bajo condiciones de visibilidad reducida. Uno de los incidentes, particularmente trágico, culminó en la pérdida de una vida en Arizona en noviembre de 2023, al ser una persona atropellada por un Model Y.
Las condiciones adversas donde estos percances han ocurrido, tales como el resplandor solar, niebla y polvo en suspensión, plantean interrogantes sobre la capacidad del FSD para funcionar de manera fiable. Este contexto ha motivado a la Oficina de Investigación de Defectos (ODI) de la NHTSA a inspeccionar no solo estos accidentes, sino también cualquier otra colisión similar que pueda haberse presentado.
En este sentido, la ODI se encuentra escrutando minuciosamente no solo la actual capacidad del FSD para hacer frente a situaciones de baja visibilidad, sino también cualquier actualización potencial que Tesla pudiera haber implementado en el sistema que modifique su desempeño en tales condiciones.
Más allá del Full Self-Driving, el historial de Tesla ya fue objeto de análisis reciente. En abril pasado, la NHTSA puso fin a una investigación sobre múltiples choques relacionados con el uso del sistema Autopilot de Tesla. Un análisis concluyó que en muchos casos, los conductores no estaban manteniendo la atención requerida, y las alertas generadas por el sistema no eran suficientes para garantizar la seguridad.
Llama la atención que, a pesar de estas investigaciones, el CEO de Tesla, Elon Musk, anhela un futuro donde sus vehículos Model 3 y Model Y logren operar sin supervisión humana tanto en California como en Texas, proyectando el inicio de esta fase para el próximo año. En un claro ejemplo de visión futurista, Musk también desveló el Cybercab, un pequeño vehículo robótico carente de volante y pedales, cuya producción comenzaría en 2027.
Este escrutinio de la NHTSA pone de manifiesto la necesidad urgente de evaluar minuciosamente la seguridad de los sistemas autónomos, un esfuerzo que podría marcar el ritmo al que estos avances tecnológicos se integren de forma segura y efectiva en nuestras vidas urbanas y carreteras. A medida que el mundo avanza hacia el futuro de la movilidad, la seguridad no debe quedar relegada a un segundo plano.